Según relatan, ocho individuos magrebíes intentaron robarle las pertenencias y dañaron su tienda de campaña.
“¿Qué nos van a robar, si ya no tenemos nada?” Con estas palabras respondía Abdelatif, uno de los marroquíes que intentó quemar la bandera de su país la semana pasada en la Plaza de España y que desde hace ya 15 días vive al raso a las puertas del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), al ser preguntado por El Faro sobre el intento de hurto y agresión que sufrió el grupo, ahora de nuevo de ocho personas, durante la madrugada del sábado al domingo. Abdelatif explicó que la cosa no quedó sólo ahí, puesto que ocho magrebíes intentaron también violar a la única mujer del grupo, Ouafae.
Según relató este marroquí que no quiere volver a su país, todo comenzó cuando el conjunto de agresores, que vive bajo el puente cercano al CETI, empezó a insultar a Mohamed, un varón sirio que es pareja de Ouafae, recriminándole por qué estaba saliendo con una mujer marroquí.
La situación pasó a mayores y estos sujetos intentaron robar algunas pertenencias, pero no se pudieron llevar nada de valor. De hecho, el único teléfono móvil con que cuentan en el grupo aún lo conservan.
Subsaharianos
Además, Abdelatif cuenta que se salvaron de ser agredidos y de que destrozaran su campamento gracias a un conjunto de subsaharianos que reside en el CETI, pero que casualmente estaba fuera del centro en esos momentos.
Este marroquí relata que corrieron hacia los presuntos agresores con piedras en la mano, algo que hizo que éstos se alejaran, no sin antes pegar una patada a un cubo que les servía de hoguera, intentando quemar una de las tiendas de campaña.