La lista de espera quirúrgica en Melilla es de 36,6 días, casi la mitad que la media nacional que es de 61 días, según datos aportados ayer por el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA).
La comparecencia ayer del director provincial del organismo en Melilla, Antonio Morillo, no pretendió tan sólo exponer una serie de datos que avalen su gestión y la del instituto que representa. Pretendía contrarrestar las críticas de unos sindicatos, Comisiones Obreras principalmente, que han denunciado la enorme presión asistencial en el Hospital Comarcal y centros de salud de la ciudad como consecuencia del notorio crecimiento de nuestra población local, por causa de la crisis económica y el retorno de melillenses en paro y marroquíes originales de las zonas limítrofes y con residencia legal en España que, para obtener mejores prestaciones, se han empadronado también en Melilla.
Los datos de Morillo posiblemente sean ciertos. No hay por qué dudarlo. Ahora bien, igualmente resulta innegable que nuestra Sanidad Pública requiere de más medios y más personal, que la presión asistencial procedente del vecino país es mucha y descabala nuestros recursos y que el nuevo Hospital, al que aún le quedan años para poder ser inaugurado, no será una solución si no se hacen previsiones reales.
Como decía hace unos días el presidente Imbroda, es momento de pensar qué utilidad futura va a darse al actual Comarcal, para que al menos siga funcionando con carácter complementario del que hoy en día se encuentra en construcción.