El 69 porpor ciento de la población de Melilla y Ceuta leyó al menos un libro durante 2019, según se desprende de la encuesta sobre Hábitos y prácticas culturales 2018/2019. Además, un 91,4 por ciento de los hogares dispone de libros, dos décimas por encima de la media del país, aunque en menor número que en la mayoría de casas españolas. Donde también están los habitantes de las Ciudades Autónomas por encima de la media nacional es en el interés en la lectura de periódicos, una de las cifras más altas del país y siete décimas por encima de la media. Respecto a los hábitos de lectura, la mayoría de los encuestados dice que no lee más por falta de tiempo y hay un 11,6 por ciento al que no le gusta. A pesar de que estemos algo por encima de la media nacional en el consumo de libros, que a casi un 12 poe ciento de las personas no les guste leer es un hándicap para el desarrollo de nuestra ciudad. La lectura es libertad. Tener el hábito de enfrentarnos a un texto no solo enriquece nuestra cultura si no que mejora nuestra comprensión del mundo que nos rodea y refuerza el pensamiento crítico. En una época en la que los estímulos lúdicos son casi infinitos (desde la inmensa cantidad de producciones audiovisuales que se realizan actualmente, pasando por el fácil acceso a música y videojuegos) los libros corren el riesgo en convertirse en el hermano feo de la oferta cultural. Incentivar la lectura y facilitar el acceso a los libros, ya bien sean físicos o digitales, debe ser una de las prioridades de los organismos públicos competentes en la materia. Sin la costumbre de leer es difícil tener una sociedad educada y con criterio, que a fin de cuentas es la base del progreso y del bienestar