El presidente autonómico considera que la reunión que mantuvo Moratinos con Marruecos para tratar su llegada no afecta a la “imagen de unidad” que dio Melilla.
El 'terremoto' diplomático iniciado por Julian Assange, el fundador de Wikileaks, a raíz de la publicación de cientos de cables confidenciales de Estados Unidos también ha salpicado a Melilla. Y es que, según se ha descubierto a raíz de la filtración de estos documentos, el anterior ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, se reunió con el Gobierno marroquí para advertir de la visita de los reyes a las ciudades autónoma de Melilla y Ceuta.
El asunto no ha sentado nada bien entre las filas del Ejecutivo melillense, cuyo máximo dirigente, Juan José Imbroda, resaltó en la jornada de ayer, en declaraciones a Onda Cero, que los hechos “no empañan para nada la visita de Sus Majestades a la ciudad”.
Más crítico se mostró con la actitud de Moratinos por aquel entonces, a quien calificó como un “mal ministro” que pagó la gestión que realizó al frente de la cartera de Exteriores con su cese por parte de José Luis Rodríguez Zapatero, a quien también acusó de no saber llevar las riendas del país.
Pese a todo, el presidente autonómico quiso restar importancia al asunto, pues destacó que lo más importante fue “la imagen de unidad social que dio Melilla con la visita de los Reyes”, la cual aseguró que fue puesta de relieve por todo el mundo.
“Las gestiones que ahora se han descubierto no ensombrecen para nada lo ocurrido”, insistió, “las conversaciones que mantuvo Moratinos con Marruecos demuestran que fue un mal ministro y que fue cesado por un presidente del Gobierno aún peor”, concluyó.
Movimiento electoral
Y es que según Wikileaks, la llegada de Sus Majestades a ambas ciudades autónomas en 2007 puso en marcha toda la maquinaria diplomática española con el fin de obtener los máximos réditos electorales posibles.
“Hacer gala de patriotismo y contraatacar las críticas del PP que acusan a Zapatero de ser débil enfrentándose a ataques de comunidades autónomas nacionalistas”, rezaba uno de los cables de la embajada norteamericana en España sobre lo ocurrido.
De igual modo, otros documentos hechos públicos por Wikileaks desvelan información sobre las relaciones entre España y Marruecos, en las que Melilla y Ceuta juega un papel clave, pues en uno de ellos se afirma que la falta de discusiones políticas entre ambos países sobre la soberanía de dichas ciudades es considerada como un símbolo de fortaleza entre ambas naciones.