Ir al gimnasio es, hoy en día, uno de los entretenimientos y distracciones favoritas entre la sociedad. El hacer deporte, sentirse realizado, tener una meta física o, simplemente, como pasatiempo ha hecho que muchas personas opten por visitar los gimnasios y despejar la mente en esos días más duros.
Ir al gimnasio suele ser uno de los propósitos de año nuevo más repetidos entre jóvenes y adultos una vez que se va acercando el 31 de diciembre. Con el fin de año a la vuelta de la esquina, El Faro ha salido a las calles de Melilla a preguntar a la gen te que suele frecuentar estos espacios sobre su perfil de persona que va al gimnasio, su rutina y si va menos de lo que le gustaría y por qué.
Disciplina
Luis es un joven militar al que le gusta todo el tema físico y el deporte y explica lo siguiente: “Yo suelo ir entre tres y cuatro días a la semana y siempre voy por la tarde debido a mi trabajo. Como empiezo a trabajar a las 07:30 de la mañana, me suelo ir sobre las 17:00 o las 18:00 de la tarde, después de comer y ya habiendo hecho la digestión. No obstante, hay veces que no puedo ir porque me toca trabajar por las tardes y acabas demasiado cansado, en esos momentos sí es verdad que me gustaría ir más. Hay semanas que uno está más cansado y no va y a veces voy incluso los sábados. Mi entrenamiento dura entre una hora y una hora y media”.
Por su parte, Álvaro contó: “Yo ahora mismo no estoy yendo, porque se me ha juntado una mudanza y además llevo un tiempo que estoy resfriado. Pero cuando he ido, a lo mejor he faltado algún día, pero siempre he tenido la disciplina de ir todas las semanas. La de ahora ha sido la etapa más larga sin ir. Yo voy al gimnasio buscando un cambio físico de cara a una mejora de vida y sentirme con más energía, pero aparte por sentirme realizado”.
“Mi rutina es siempre ir justo después de comer, sobre las 16:00, porque si lo voy dejando a lo largo del día me da más pereza. Empieza a hacer más frío o te apalancas en el sofá y no tienes ganas. Yo por la mañana hago mi trabajo, luego como y justo me voy al gimnasio. El trabajo nunca ha sido un impedimento para ir o no ir, han sido por otras causas”, añadió.
Organización
Por otro lado, Manuel explicó: “Mi perfil de persona que va al gimnasio es uno de los más comunes. Yo voy principalmente por dos motivos: el primero estar en forma y adelgazar un poco y el segundo sobre todo por entretenimiento y para despejarme después de estar todo el día trabajando. Yo siempre voy a la misma hora porque mi trabajo no me permite otra cosa, es verdad que me gustaría que fuera un poco diferente”.
“Yo tengo horario partido y siempre salgo de trabajar a las 19:00 de la tarde. Mientras llego a mi casa, me cambio y demás hasta las 20:00 no suelo estar. Y siempre mi rutina va entre la hora y media y las dos horas. Intento ir como mínimo tres veces a la semana y como máximo cuatro. Siempre intento ejercitar todo el cuerpo completo y un poco de cardio. Es cierto que me gustaría ir en otro horario o algunas veces aprovechar días que no puedo, pero por trabajo me es imposible”, aseguró.
“Este año empezó el mismo 2 de enero, para empezar el año bien, y estuve hasta el mes de mayo o junio, ya que al llegar el calor y el verano lo dejé porque no me apetecía después de todo el día trabajando. Estuve sin ir unos tres meses y en septiembre de este año me volví a apuntar hasta este momento. Estoy bastante contento porque aparte de que es bueno para la salud nos entretiene bastante más de lo que nos pensamos y nos despeja bastante tras un día de trabajo saturado”, finalizó.
Por último, Teresa analizó: “A mí me encanta el deporte, ir al gimnasio y ahora lo que estoy probando es con el crossfit, pero como te digo, voy menos de lo que me gustaría. En mi trabajo hay veces que trabajo por las mañanas, otras por la tarde e incluso algunas noches. Es por ello que falto a veces, porque el no tener una rutina clara y fija me cuesta mucho organizarme. Sin embargo, cuando puedo voy, me ejercito y disfruto mucho porque me gusta sentirme realizada y despejarme tras un día de trabajo”.
Los encuestados coinciden en que les gusta ir al gimnasio y mucho aprovechan justo después del trabajo para despejarse, pero algunos de ellos tienen unos horarios que no les gustaría tener y se quejan de que por trabajo a veces faltan o van a horas en las que no les apetece. Sin embargo, todos ellos han demostrado que con ganas y voluntad, no hay excusas para nada.