Aunque Melilla se ha librado en gran parte de los efectos de la DANA, España lleva ya casi una semana –desde el martes pasado concretamente- sufriendo la ira de la naturaleza en un desastre que, al cierre de la edición, había dejado ya 214 personas muertas, aparte de los consiguientes golpes psicológicos para sus seres más cercanos y un sinfín de daños materiales que ya habrá que cuantificar en su momento.
Porque lo primero es intentar rescatar a los casi 2.000 desaparecidos de los que se habla aun siendo conscientes de la dificultad de encontrar a todos ellos con vida, pues muchos habrán estado tres, cuatro o cinco días sin comida ni agua y en condiciones insalubres. Por lo tanto, hay que ser conscientes de que la cosa puede ir a peor.
La sociedad, eso sí, está volcada con los afectados por la DANA. Muchísima gente se ha desplazado a ayudar a las zonas más castigadas, especialmente a la provincia de Valencia, que, por ahora, es la que ha salido peor parada.
Desde Melilla este domingo salieron 14 bomberos y la Ciudad Autónoma ya mostró, a mitad de semana, su disposición a colaborar en lo que hiciera falta dentro de sus posibilidades. De hecho, ya anunció también que la recaudación de la actuación de La Plazuela iría destinada precisamente a los damnificados.
Desde el ámbito privado, el Colegio de Psicólogos ofrece ayuda a los afectados. La Protectora de Animales se unió a la recogida de enseres. Supermercados como el Dia han habilitado la posibilidad de donar, y a cada cliente el cajero pregunta si le gustaría colaborar.
Los militares, como ATME ha repetido en varias ocasiones durante todos estos días, aseguran que están para ayudar en estas situaciones.
Mientras tanto, las mayores quejas van dirigidas a la inacción del Gobierno, ya que creen que debería haberse puesto al frente de todo el operativo en vez de simplemente haberse puesto a disposición de la Generalitat Valenciana. Claro, que la gente lo que quiere ver son hechos, ya sea de un lado u otro, y eso poco le reconforta.
La desesperación de la gente ha hecho que, junto a las críticas al Gobierno por su lentitud y torpeza en la reacción, se hayan unido abucheos a los Reyes de España durante su visita por las zonas afectadas. Unas críticas del todo injustificadas, por mucho que la Reina Letizia, con lágrimas en los ojos, dijera entenderlas, por cuanto ellos carecen de cualquier poder ejecutivo.
Y, como suele suceder en estos casos, ha aparecido la pillería. Más de cien personas han sido detenidas por robos, la mayoría en joyerías, pero incluso en tiendas de ropa de fallera, según las noticias que llegan desde la zona. Más de uno debería sentir vergüenza.