A YER fue el primer día en el que los establecimientos podían abrir sus puertas tras semanas de cierre obligado por el decreto de estado de alarma. Después de 51 días, algunos comerciantes subieron la verja del negocio para intentar retomar una actividad que había quedado totalmente paralizada como una de las medidas tomadas para intentar frenar el contagio del coronavirus.
No todos abrieron. Aún hay muchos comercios en Melilla que no están abiertos al público. Algunos se están adaptando para poder atender a los clientes con las medidas de seguridad sanitarias adecuadas y otros no ven que les pueda salir a cuenta abrir aún, debido a las restricciones que aún permanecen.
Nos encontramos en los primeros compases de la desescalada. Tras el cierre de empresas y el confinamiento de la población en sus domicilios, Melilla despierta poco a poco, pero con prudencia.
El COVID-19 aún está ahí fuera. No hemos erradicado, ni mucho menos, al virus, y los primeros estudios realizados en España indican que la inmunidad de grupo es menor de la que se esperaba, por lo que un rebrote de la pandemia no está descartado.
Debemos ir recuperando nuestra vida pero con responsabilidad y precaución. La batalla aún no ha terminado.