La noticia estrella en estos últimos días está siendo, sin duda, el cierre de la planta incineradora. Desde que lo anunciara el pasado miércoles el consejero de Medio Ambiente, Hassan Mohatar, durante la visita del secretario de Estado de Transición Ecológica, Hugo Morán, esas instalaciones han ocupado los principales titulares de la prensa melillense.
Y si fue un impacto que Mohatar manifestara que se cerrará la planta, que se trasladarán los residuos a la península de forma transitoria y que se construirán unas nuevas instalaciones menos contaminantes y mucho más respetuosas con las normas medioambientales, las declaraciones del presidente de CpM, Mustafa Aberchán, afimando que el cierre se llevará a cabo antes de que concluya la legislatura, cerraron el círculo de la sorpresa.
Es evidente que la incineradora ya no responde a las necesidades de tener un sistema de gestión de residuos acorde con los tiempos, en los que la ecología y la economía circular mandan sobre lo que en su día fue, efectivamente, una tecnología de última generación, hoy obsoleta por mor del mayor respeto al medio ambiente.
Es el momento de analizar profundamente cuáles son las alternativas y tener el acierto de establecer el modelo que se implantará en una ciudad que, de forma mayoritaria, tiene que hacer más esfuerzos por reciclar en casa las basuras para evitar que se mezclen en un mismo recipiente orgánicos, plásticos, papel y vidrio, por poner un ejemplo.
Lo que sin duda será bueno es que se acabe con un método de gestión (la incineración) que está considerado altamente contaminante y se sustituya por una tecnología más amable. Melilla y, sobre todo, los vecinos del barrio del Monte María Cristina, lo merecen después de muchos años conviviendo con la planta.
Además, en lo que se refiere al traslado de los residuos a la península como paso intermedio entre pasado y presente del sistema de gestión de las basuras, cabe resaltar que ya fue aprobado hace meses el proyecto de reglamento por el que se establece la bonificación del 100% del transporte de mercancías peligrosas y residuos con origen Melilla. Y si con eso no bastara, la Consejería del cepemista Mohatar cuenta con el comprometido apoyo económico del Ministerio, expresado en Melilla por el anteriormente citado secretario de Estado.
Todo hace indicar, igualmente, que la ciudad podría obtener un buen pellizco de fondos europeos para llevar adelante un plan en el que ya están interesadas varias empresas del sector, todas ellas presentes a primeros de febrero en la I Feria Empresarial de Melilla, que tiene por objeto trasladar a estas sociedades las importantes ventajas fiscales que ofrece la ciudad.