El reciente acuerdo tripartito entre España, Reino Unido y la Unión Europea para establecer un marco de cooperación en Gibraltar ha sido calificado de “histórico” por las partes implicadas, pero ha provocado preocupación en distintos sectores políticos del país, especialmente en relación con el futuro de Ceuta y Melilla. Uno de los primeros en alzar la voz ha sido el diputado local de Coalición por Melilla (CpM), Emilio Guerra, quien alerta de que el pacto podría convertirse en un “precedente peligroso” que afecte directamente al estatus jurídico y estratégico de la ciudad autónoma.
Guerra ha instado al presidente de Melilla, Juan José Imbroda, a tomar una posición clara y pública frente a los posibles efectos colaterales del acuerdo sobre Gibraltar. A su juicio, el modelo de gestión funcional conjunta pactado entre España y Reino Unido, que implica la participación española en los controles fronterizos de un territorio no reconocido por Londres como español, puede dar pie a interpretaciones diplomáticas que debiliten la singularidad jurídica de Melilla dentro del contexto europeo.
“El pacto puede abrir un debate de calado que trasciende el caso gibraltareño. Nos jugamos la percepción internacional del estatus de Melilla en un momento geoestratégico crucial para la frontera sur de Europa”, señala el diputado de CpM en su comunicado, donde plantea públicamente dos preguntas clave al Gobierno melillense: si considera que un modelo europeo de cooperación como el de Gibraltar puede beneficiar la integración de Melilla en la UE, o si, por el contrario, debilita su posición frente a Marruecos; y si estaría dispuesto a impulsar un estatuto jurídico-europeo específico para Melilla, con consenso institucional.
Las declaraciones de Guerra llegan pocos días después de que el presidente del PP en Cataluña, Alejandro Fernández, alertara de que el acuerdo con Reino Unido sobre Gibraltar podría anticipar una futura cosoberanía entre España y Marruecos sobre Ceuta y Melilla. En palabras del dirigente popular, “lo que se ha aceptado en Gibraltar puede ser utilizado como ensayo para aplicar el mismo modelo a las ciudades autónomas”.
Este planteamiento ha sido reforzado por el análisis del diario El Debate, que advierte de que Ceuta y Melilla “podrían entrar en el radar de futuras cesiones diplomáticas hacia Marruecos” si no se establecen límites claros tras el precedente de Gibraltar. No obstante, el medio matiza que, a diferencia del enclave británico, “las aspiraciones marroquíes sobre Ceuta y Melilla se limitan al plano geográfico”, ya que ni la historia ni el derecho internacional respaldan la tesis del Reino alauita.
“El Reino Unido nunca reconoció la soberanía española sobre Gibraltar. En cambio, Ceuta y Melilla forman parte inequívoca del territorio nacional desde hace siglos. No hay base jurídica para una reivindicación marroquí más allá del deseo geográfico de expandir su frontera norte”, sostiene el análisis de El Debate, subrayando que cualquier intento de analogía con el caso gibraltareño resultaría artificial y peligroso.
En este contexto, Emilio Guerra exige que el presidente Imbroda “salga de los tuits ambiguos” y adopte una postura institucional clara que refuerce la confianza de la ciudadanía y defienda el carácter plenamente español y europeo de Melilla. “La ciudad no puede permitirse equívocos en este asunto. No es momento de prudencias diplomáticas, sino de afirmaciones firmes sobre lo que somos”, concluyó.
Por lo que se aprecia, hay algunos que se imaginan que están en clase de infantiles y que están agitados, por poder levantar la mano, para hacer la pregunta a la señorita, sin dejar que sean los mayores, los que hagan su trabajo, y observar por dónde va el agua de la DANA, para no tener que volver a enterrar los vestigios de los pueblos antiguos que nos precedieron, tales como los fenicios, los griegos, los visigodos, los romanos, los cartagineses, etc., etc., hasta llegar el 1497, con los españoles , para protección, de las guaridas de los piratas y forajidos, secuela decadente, del puñado de individuos que se asentaron como punto de sus correrías. No formando nunca parte de Marruecos. Así es que tranquilícese, que lo uno no tiene nada que ver con lo otro, ni con ningún debate de fondo.
Por lo que se aprecia, hay algunos que se imaginan que están en clase de infantiles y que están agitados, por poder levantar la mano, para hacer la pregunta a la señorita, sin dejar que sean los mayores, los que hagan su trabajo, y observar por dónde va el agua de la DANA, para no tener que volver a enterrar los vestigios de los pueblos antiguos que nos precedieron, tales como los fenicios, los griegos, los visigodos, los romanos, los cartagineses, etc., etc., hasta llegar el 1497, con los españoles , para protección, de las guaridas de los piratas y forajidos, secuela decadente, del puñado de individuos que se asentaron como punto de sus correrías. No formando nunca parte de Marruecos. Así es que tranquilícese, que lo uno, no tiene nada que ver con lo otro, ni con ningún debate de fondo.
Total la Soberanía Territorial sigue siendo de U.K. y van a tener los gibraltareños movilidad como si vivieran en espacio Schengen, con sus limitaciones
Bajo la supervisión de Frontex (Policías europeos de fronteras)
Lo que sucedía hasta hace poco tiempo entre los ciudadanos de Melilla y Nador