Esta semana se dio a conocer, por parte de Ecologistas en Acción, el informe sobre las banderas negras que se asignan a cada comunidad o ciudad autónoma de España. Melilla recibió dos banderas negras y desde la plataforma ecologista Guelaya han querido desgranar los motivos por los que se han otorgado estas distinciones además de proponer maneras de solucionar los problemas existentes en las costas melillenses.
Este informe coloca una bandera por contaminación y otra por mala gestión y en Melilla estos casos afectan a la desembocadura del Río de Oro y a la cala de Trápana respectivamente.
Tal y como apuntan desde Guelaya, la situación de la salida al mar del río melillense viene provocada por distintas averías en la estación de bombeo, la EBAR y también por los episodios de lluvias torrenciales que se han venido produciendo de manera puntual durante los últimos meses.
"La EBAR de Melilla necesita mejorar su mantenimiento, no podemos tolerar que de vez en cuando salte alguna alcantarilla en la desembocadura del río y que ahí se acumulen las aguas fecales", señalan desde la asociación ecologista.
Por otro lado, la entidad señala que la red de pluviales de la ciudad "sigue estando demasiado conectada con la de las aguas fecales", por lo que, tal y como apuntan desde Guelaya, "cuando hay lluvias torrenciales las tuberías no son capaces de absorber el agua acumulada".
"En estos casos lo que hace la EBAR es soltar todas las aguas mezcladas en la desembocadura, por lo que acaban en la bahía de Melilla. Recientemente, en los últimos episodios de lluvias torrenciales hemos podido ver como todas las playas principales de la ciudad se cubrían de aguas negras que iban con pluviales y fecales mezcladas y es por eso que, desde Guelaya solicitamos no sólo el mantenimiento de la EBAR, sino que si, por cualquier motivo, se acumula agua fecal en la desembocadura del río, que esta no se abra a la bahía, que es el sitio en el que nos estamos bañando", denuncian desde la asociación.
La solución que se propone desde la plataforma ecologista en estos casos es que la propia EBAR bombee estas aguas hacia la depuradora, ya que, según dicen, "sería cuestión, únicamente, de colocar una bomba extractora".
De esta manera, Guelaya ha solicitado que este vertido sea investigado por el departamento correspondiente de la Delegación de Gobierno de Melilla y, en su caso, sancionado.
Por otro lado, la bandera negra por mala gestión se ha otorgado por el proyecto de construcción de la pasarela en la cala de Trápana.
"El anterior gobierno de la Ciudad tenía proyectado unir las calas de Galápagos y Trápana con una pasarela de 316 metros de largo que también iba provista de una plataforma de baño de 80 metros cuadrados y totalmente innecesaria en el roqueo del recinto norte de Melilla la Vieja y que, además, iría acompañada de un mirador innecesario de 120 metros cuadrados en el mismo lugar", explican desde la entidad.
Tal y como apuntan desde Guelaya, esta zona costera aún está "poco degradada" y señalan que la cala de Trápana es pequeña, ya que "no caben ni 15 toallas", pero que es muy importante porque "es la que mayor biodiversidad tiene de Melilla".
"Para hacerla accesible a los melillenses no se puede pretender construir una plataforma de 316 metros que arrasaría con buena parte del acantilado, ya que necesita hacer explanaciones totalmente innecesarias y que, además, seguramente luego estaría muy dejada en el cuidado de su mantenimiento", añaden.
Así, desde Guelaya consideran que garantizar la accesibilidad a la cala de Trápana no es "absolutamente necesario" y que, si quisiera hacerse, "se debería pensar cómo proteger la biodiversidad", pues, tal y como explican desde la asociación, "si no se van a proteger las especies allí presentes, lo mejor es no hacer nada".