El Melilla Sport Capital Voleibol Femenino de Primera Nacional Femenina de Voleibol comenzaba este lunes el trabajo de la pretemporada 2021/2022.
Las pupilas de Salim Abdelkader inician su tercera temporada consecutiva en categoría nacional y lo hacen de nuevo siendo un equipo sin apenas presupuesto, que basa su plantilla en la cantera melillense, pero que aspira a luchar por subir a la división de plata del vóley femenino español.
El primer año consiguieron ser el equipo revelación del campeonato y uno de los conjuntos más fuertes en casa. El año pasado, a pesar de las importantes lesiones y los continuos confinamientos por covid, las gladiadoras lograron pasar a la segunda fase del campeonato y a punto estuvieron de dar la sorpresa y meterse en los playoffs de ascenso.
Este año el objetivo es claro: recuperar a las veteranas, que las jóvenes den un paso adelante e intentar que llegue alguna incorporación para estar al final de la temporada en la fase de ascenso.
La buena noticia es que desde el lunes están entrenando con el resto de compañeras los dos grandes nombres del vóley femenino melillense: Lucía Buendía y Almudena Martín Rojas. La primera tuvo una grave lesión de ligamentos el pasado año que le impidió jugar toda la primera fase y, aunque se incorporó en los últimos encuentros para intentar llevar a sus compañeras hasta los playoffs, lo hizo con dolor y falta de movilidad, jugando muy lastrada. Este año su rodilla sigue sin estar al cien por cien, pero viene de hacer una buena temporada de playa y ha mejorado mucho la movilidad y la resistencia, por lo que las gladiadoras recuperan a su líder dentro y fuera de la pista. Por su parte, Almudena se rompió el año pasado justo antes del inicio de la segunda fase y no pudo luchar por el ascenso. La mejor jugadora de voleibol que ha dado esta ciudad no se ha recuperado del todo aunque está en la fase final de su recuperación y se espera que esté lista para el inicio de la temporada previsto para el 9 de octubre.
Además, el club ha podido retener a la malagueña Ana Muñoz. La receptora/atacante fue decisiva en el ascenso del conjunto azulino a categoría nacional y ha sido una de las piezas clave de estos años en Primera. Ya había terminado sus estudios en Melilla pero ambas partes han decidido entenderse y la jugadora seguirá vinculada al club un año más. Otras jugadoras de cantera como Sheila Al-lal, Yuni Tahiri o Newel Mimón, deberán dar este año un paso adelante para aportar lo máximo al equipo en su camino hacia los playoffs.
Importante es también la continuidad de la opuesto argentina Lucía Geysels. La mujer del colocador de Superliga, Juan Martín Riganti, tuvo un papel importante el año pasado, principalmente tras la baja de Almudena.
Sólo mantener el equipo en categoría nacional, con los gastos que eso supone en fichas, seguros, viajes, arbitraje o material, se lleva el bajo presupuesto del que dispone el conjunto melillense. Por lo que esta fórmula, la de incorporar al equipo a las parejas de los jugadores de Superliga, se antoja muy acertada para aportar jugadoras de calidad a las gladiadoras.
El año pasado, además de Lucía Geysels, jugó como líbero la madrileña Aída Barranco, pareja del líbero José Osado. Este año, las parejas de Mario Ferrera, Nacho Luengas, Javier Monfort y Mariano Giustiniano son también jugadoras de vóley y alguna podría llegar para reforzar la plantilla tanto ahora como a lo largo de la temporada.
Por último, una pretensión del club desde que el equipo milita en categoría nacional es el fichaje de una colocadora de garantías que permita a Ana, Almudena y Geysels tener el máximo rendimiento en ataque. Esta opción se lleva intentando mucho tiempo y, a pesar de la falta de medios económicos, podría ser una realidad esta temporada.
De momento el lunes comenzaron a entrenar doce gladiadoras, aunque algunas ya llevaban un par de semanas de pretemporada en el gimnasio, con el objetivo de luchar por todo, la ilusión de hacer una gran temporada y la esperanza de que no se repitan los aplazamientos, confinamientos, graves lesiones y partidos sin público que tanto daño hicieron al equipo el pasado curso y que impidieron a las melillenses mostrar su mejor versión.