La conocida pintora oriolana Eva Ruiz, orgullosa de haber quedado finalista del XVII Certamen Nacional de Pintura, que contó con un jurado de lujo.
La conocida artista oriolana Eva Ruiz quedó entre los siete finalistas del XVII Certamen Nacional de Pintura y Escultura de Melilla, que premió a finales del mes pasado con 10.000 euros un cuadro, ‘El desayuno’, de Jean Carlos Puerto, y una escultura, ‘El retrato’, de Pedro Quesada. Para ella, estar a las puertas de ganar ha sido como si hubiera ganado.
El jurado encargado de decidir quién se llevaba el premio en metálico es quizás de lo mejor que se ha visto en España en los últimos tiempos: lo presidió el pintor manchego Antonio López, acompañado, entre otros, por el escultor Julio López y por Guillermo Solana, director artístico del Museo Thyssen-Bornemisza, de Madrid.
“Es un jurado magnífico y el premio me pareció muy merecido”, apuntó Eva Ruiz a El Faro desde su estudio en Orihuela.
Sin embargo, su pareja el veterano periodista y prestigioso flamencólogo murciano Patricio Peñalver cree que el cuadro que presentó Eva estuvo a un paso de ganar. Pero ella le quita hierro a la pasión. “Él dice que he estado a punto de agarrarlo, pero yo me quedo con que estar entre los siete finalistas, de 56 obras presentadas, es también un premio”.
De ese reconocimiento se han alegrado muchísimo los alumnos a los que la artista da clases de pintura en Albatera, Alicante porque sólo del arte es muy difícil comer en este país. “Dentro de la situación en la que estamos se puede vivir de la pintura si te relacionas un poco y te mueves en el ambiente. Así te puedes mantener”.
A través del Museo de Olula
Eva Ruiz se enteró del concurso de pintura de Melilla por un correo que le llegó del Museo de Olula, en Almería, donde ella ha hecho cinco cursos. Enseguida le vino a la cabeza presentar un cuadro en homenaje a Miguel Hernández, que tenía pintado desde hacía unos años.
La obra, de gran formato, lleva mucho trabajo. “Es una vista aérea desde la Sierra del Castillo de Los Moros de Orihuela. En primer plano está el seminario donde estuvo Miguel Hernández en la guerra y al fondo se ve la panorámica de Orihuela, la ciudad y la huerta”. Responde a las dos claves de la pintura de Eva Ruiz: la conjunción de lo urbano y lo rural.
Los trabajos de la artista oriolana se caracterizan por el uso de paisajes abiertos en los que resalta, sobre todo, la luz levantina, mediterránea. “La que me interesa es la del amanecer y el atardecer. Es con lo que más me identifico”, comenta por teléfono a El Faro.
Para seguir pintando
El jurado del XVII Certamen Nacional de Pintura ha devuelto las obras finalistas a sus propietarios. “Si la vendo, mucho mejor porque viene bien. Da un poco de nostalgia porque ya no la tienes delante y es un cuadro con el que me identifico, pero también me satisface que esté en otro sitio”, explica.
Es ese desprendimiento, esa despedida lo que le anima a seguir pintando para volver a presentarse al concurso del año que viene. Ya lo tiene decidido. Lo hará reincidiendo en la misma línea: la comunión entre lo urbano y lo rural.
De momento le queda terminar un trabajo que está haciendo para el Museo Ramón Gaya de Murcia. “Estoy preparando una obra muy bonita, muy interesante. Se titula ‘Diálogos con Gaya’. Tengo que fijarme en una obra de Gaya, interpretarla y traerla a este tiempo. Se inaugurará el día 7 a las 20.00 horas. Una obra de Gaya frente a la mía. Más adelante habrá una mesa redonda presentada por el poeta José Luis Cerón, un gran amigo. Dialogaremos sobre cómo ha surgido mi cuadro a partir de la obra Homenaje a Velázquez. El Felipe próspero de Viena”.
Eva Ruiz escogió esa obra para dialogar con Gaya por el misterio que le transmitió el cuadro pintado en 1951. “Me produjo ternura ver al niño junto a su perrito. Me llamó la atención el tema tan sencillo, envuelto en una cierta ternura. Lo he llevado a mi forma de pintar y de ver. He alterado las copas. La del agua y las flores. Lo he hecho un poco más realista”.
En cuanto termine este trabajo, la artista oriolana se meterá de lleno en un proyecto igual de ambicioso. “Quiero hacer una panorámica de Orihuela, muy lejana. Es como una vista aérea. Una visión muy bonita desde la falda de la montaña. Muchos verdes. El monte, al fondo”.
Y así, de reto en reto, Eva Ruiz quiere sacar tiempo, además, para visitar Melilla. “He tenido la oportunidad de ir, pero no pude. Me he quedado con las ganas de pisar Melilla. Me gustaría ir al norte de África. Me encantaría conocerlo”.
Entre tanto, remojará los pinceles para sacarse de dentro la luz del atardecer levantino que da vida a sus paisajes yuxtapuestos de campo y ciudad.
Una artista y alumna del pintor manchego Antonio López
La pintora oriolana Eva Ruiz ha realizado estudios en la Escuela de Bellas Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Orihuela. En los últimos años ha participado en 10 talleres o cursos con el pintor Antonio López, en las provincias de Alicante, Albacete, Murcia y Almería, como también ha realizado cursos con los pintores Federico Chico, Eduardo Naranjo y Golucho. Desde principios de los 80 ha participado en una multitud de exposiciones individuales colectivas y en su haber tiene numerosos premios, entre ellos el Premio Caja Madrid del Certamen Europeo de Pintura Antonio López en Pinto (Madrid). Su última exposición ‘El amor que no cesa’, la realizó en el Ateneo de Madrid . En 2015 y 2016 ha sido comisaria en los Murales del barrio de San Isidro de Orihuela. Homenaje a Miguel Hernández. Este año 2016 también ha sido finalista en la Bienal de Albacete.