Funcionarios de prisiones se han concentrado en la mañana de este viernes a las puertas de la prisión de Melilla demandado más seguridad en las cárceles.
Los trabajadores de la cárcel melillense se han solidarizado con un compañero del centro penitenciario de Cuenca que resultó herido de gravedad durante una intervención con un interno extremadamente peligroso que se había atrincherado en su celda.
El interno ha sido protagonista de varios hechos violentos en prisión, uno de ellos en Villena en la que tuvo que ser reducido por tres funcionarios y que, a pesar de la actitud agresiva del reo, la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias ha abierto una investigación, llegándose a filtrar a distintos medios imágenes de esta intervención.
El pasado jueves por la tarde, este reo había estado alterado, llegando a romper todos los cristales de su celda. Al relevo de funcionarios, se atrincheró en el baño, por lo que tuvo que acudir el jefe de servicios acompañado de tres funcionarios, durante la intervención, el recluso saltó desde el aseo por encima de los funcionarios con un cristal en la mano para atacar al jefe de servicios, llegando a cortarle en el cuello, a pocos milímetros de la yugular, provocándole una herida muy sangrante, que fe valorada en un primer momento por la enfermera de guardia pero, ante la gravedad, fue trasladado al hospital Recoletas de Cuenca, siendo derivado posteriormente al Hospital General para que fuera atendido por un cirujano por lo delicado de la herida. En estos momentos se encuentra estable y en su domicilio.
El interno ingresó en la prisión conquense el pasado día 22 acusado de un delito de agresión sexual en Tarancón, hecho que había cometido pocos días después de haber salido en libertad vigilada y haberse desprendido de la pulsera telemática que se le había instalado para su control.
Al ingreso, se le advirtió a la dirección del centro de la peligrosidad del recluso sin que se tomaran medidas adicionales ni se realizara una conducción especial y directa de manera urgente a una prisión más acorde al perfil del mismo. Por este motivo, fueron los jefes de servicios quienes tomaron la precaución de que, siempre que hubiera que intervenir con el reo, fueran un mínimo de dos funcionarios. Hay que destacar los problemas de personal que tiene el centro de Cuenca, y la escasez de funcionarios en el servicio diario, lo que dificulta esta medida; como ejemplo, el viernes, cuando se produjo el ingreso, este fue atendido únicamente por el jefe de servicios y un funcionario en prácticas. Además, cuando se producen los hechos, no había médico en el centro, lo que supone un mayor riesgo, por la falta de atención al agresor, y la imposibilidad de atención médica de urgencia al funcionario herido.
Los trabajadores penitenciarios han mostrado su rechazo y han asegurado que están "hartos de la dejadez de la administración para solucionar el grave problema que se acumula en las prisiones españolas". Han considerado que se es "excesivamente laxo" con los internos violentos y han asegurado que no se toman las medidas adecuadas, y se coarta de manera sistemática la actuación de los trabajadores, falta personal médico para atender a reclusos con problemas psiquiátricos y que puedan pautar la medicación adecuada, por lo que la situación de riesgo aumenta exponencialmente.
Los funcionarios están convencidos de que, en esta ocasión, no habrá filtración de las imágenes de las cámaras de seguridad ni convocatoria de la Secretaría General a la puerta de los centros. Urge la consideración de autoridad de los trabajadores penitenciarios, no hay excusas para seguir dilatando esta medida.
Los sindicatos ACAIP-UGT y CSIF se concentraron en repulsa por la brutal agresión sufrida por su compañero de Cuenca. "Es curioso que cuando la agresión la sufre un mando, como ocurrió con la subdirectora de Villena, sea la propia Secretaría General quien convoca las concentraciones y anime a la participación, sin embargo, pueda poner trabas cuando a quien casi le cuesta la vida, es otro trabajador del centro", han manifestado en una nota de prensa. "Merecemos respeto por parte de nuestros gestores", han exigido.