La disposición del delegado del Gobierno a estudiar la oferta del presidente de la Ciudad, tendente a facilitar la incorporación de más guardias civiles a los turnos de frontera, choca con la misma premisa de la autoridad gubernativa, que al tiempo que admite como válida la propuesta de la primera autoridad local incide en calificar como un error que se aúne la agilidad fronteriza a la idea de contar con más guardias civiles.
Precisamente, la falta de efectivos policiales suficientes ha sido siempre una reivindicación de los sindicatos representativos de las fuerzas y cuerpos de seguridad.
Por sensatez, se considera también que a mayores efectivos, controles más rápidos y por tanto más agilidad fronteriza.
Escobar hará bien en estudiar una propuesta sensata que implica incluso una aportación económica desde la Administración local en aras a resolver lo que hoy en día no es más que un caos, tal cual ocurre con nuestros pasos fronterizos y especialmente con el de Beni-Enzar.
Lo demás, es decir tantos ‘peros’ incomprensibles, rezuman más forcejeo en virtud de intereses partidistas que en atención a los intereses generales de Melilla.