El Faro ha entrevistado a Francisco, uno de los cantantes más conocidos de la música española, que actuó en Melilla en el show 'Kiko, Acompáñame' de la gala del mayor. Francisco ha adelantado a este diario sus proyectos musicales para los próximos años y ha hecho un recorrido por la historia de su vida. El artista aseguró que se va de la ciudad con una muy buena impresión de Melilla.
Miércoles. Hotel Melilla Puerto y un piano blanco. Francisco recibió a El Faro junto a un lugar donde se siente cómodo. Cerca de la música. El artista nacido en Alcoy comenzó la entrevista hablando de la sorpresa que se había llevado al llegar a Melilla y comprobar cómo la ciudad ha cambiado. A mejor, según él.
Francisco confesó que había estado paseando por el Parque Hernández y que estaba muy bonito con el estallido de la primavera. "Está todo muy cuidado con mucho cariño y se ve que con mucho amor", comentó. Eso le trajo a la memoria recuerdos junto a su padre. "Desde pequeñito, mi padre me llevaba a un parque muy bonito de Castellón y me acuerdo que había un estanque con patitos".
-¿Qué es lo que más te ha gustado de la ciudad?
Yo Melilla la conocí la primera vez en el año 83, cuando vine, y recuerdo que era una ciudad un poco fea. Me llamó la atención que estaba llena de militares y de monjas. Militares sé que siguen estando y que aquí hay una bandera de La Legión. Yo he sido caballero legionario paracaidista, en Murcia, y conozco muy bien esta zona.
Ayer me sorprendió el cambio tan brutal y tan bonito porque me he encontrado una ciudad realmente preciosa. Bonita, bonita de verdad. Es un crisol de culturas. Es una ciudad llena de historia y de culturas.
Hay un desconocimiento por parte de los más jóvenes, que lamentablemente no se les informa a veces. No les lleva la información que nos llegaba a nosotros de pequeños. Nos obligaban a conocer todas las ciudades de España y los ríos o las catedrales. El saber nunca viene mal.
-En la gala ‘Kiko, Acompáñame’ muchos melillenses que hablaron con El Faro confesaron que fueron al espectáculo únicamente por verlo a usted, además de a la estrella de la noche que fue Kiko Hernández. El público melillense le quiere mucho. ¿Cómo vio el espectáculo y el calor del público?
Lo vi precioso. Yo con Kiko me llevé una gran sorpresa porque él hace un papel de malo en Sálvame, pero luego en la distancia corta me ganó. El único amigo que tengo en ese programa es este hombre, que de verdad, que es para robarlo. Tiene un corazón como una casa. La verdad que es un buen amigo.
Me invitó a estar aquí con vosotros y yo lo tenía difícil porque estaba en Las Palmas de Gran Canaria.
Entonces, imagínate el día. El lunes fue una maratón porque llegué a Madrid, estuvimos cuatro horas en el aeropuerto esperando para enlazar un vuelo aquí a Melilla. Llegamos reventados. Desde las siete de la mañana que salimos a las siete de la tarde que llegamos aquí. Los vuelos son lo más pesado del mundo, no sé qué tienen. De la presión de la cabina o no sé, afecta bastante. Pero bueno, valió la pena estar aquí, con una gente y un público que como bien dices me mostró su cariño y es recíproco. Yo quiero mucho a la gente.
Llevo en este momento 42 años en la profesión, desde que empecé en el 81. Han pasado rápido.
Los años pasan rápido, de verdad. Ahora estoy disfrutando en esta etapa de mi carrera. Yo creo que me queda una década en los escenarios. Estoy en perfectas condiciones vocales y si cabe cada día tengo más ilusión y más ganas de estar en el escenario porque ahora estoy disfrutando como no he disfrutado nunca. Me gusta hacer las cosas muy bien y cuidar todos los detalles. Si es así voy, pero si no, no lo hago simplemente. Eso en el público se refleja.
Estoy haciendo una gira que empecé en febrero, que me va a llevar por toda España, por todas las ciudades, y está siendo un éxito. La gente tiene hambre, tiene ganas de escuchar esas canciones que nos han acompañado durante décadas, esas canciones que forman parte de nuestras vidas. Cuando tu oyes una canción, te evoca inmediatamente recuerdos e imágenes. Es la banda sonora de nuestras vidas. Entonces, a mí cada día me gusta más poder interpretar esas canciones.
Ves en las caras de la gente la ilusión y los recuerdos y que hasta alguien se emociona. Yo he visto a gente en el patio de butacas llorar con algunas de mis canciones porque les traen recuerdos con su marido, que a lo mejor ya no está, con algún familiar o a ella misma en aquel momento de felicidad de su vida. Son momentos que son como fotografías. Las canciones son pequeñas historias. Mis canciones hablan de amor sobre todo y también de desamor, pero son canciones que gustan a todo el mundo.
Yo me considero un artista vintage. No es clásico, no es antiguo, es vintage. Algo que hay que cuidar porque ya no hay más. Yo soy el más joven de toda aquella generación que cantábamos de verdad y que lo hacíamos todo artesanalmente. Yo llevo músicos en directo, no hay ningún tipo de máquina. No hay ningún tipo de engaño al público. Lo que ves y lo que escuchas es natural.
-He escuchado por ahí que tiene los dos próximos años la agenda totalmente ocupada ¿Eso es así? ¿Qué proyectos tiene entre manos?
Hace ocho años que no voy a Latinoamérica. El año que viene tengo una gira importante por México, Colombia, Chile, Ecuador, Argentina y EEUU, lo que es la parte hispana de Florida, California y Los Ángeles o Nueva York. Aquí gustan mucho las canciones de los españoles. Hace muchos años que no voy por allí y me hace ilusión ir con un gran espectáculo como el que llevamos y un gran montaje.
-Hablábamos antes de que por lo menos le quedan diez años encima de los escenarios. ¿Un artista se jubila o el arte le nace y no puede dejar nunca la música?
Un artista nace. Yo me acuerdo que desde que tengo memoria siempre quise ser cantante. Desde pequeño cogía un palito y simulaba que era un micrófono. Yo era un niño muy tímido. Parece mentira, ahora no, pero era muy tímido y me metía en un rincón para que no me viese mi madre ni mi padre porque me daba mucha vergüenza. Hasta que un día mi padre me pilló.
Por parte de mi padre era toda mi familia de Jaén, andaluces, que emigraron a la parte de Alicante. Ahí conoció a mi madre, que era de Albacete, y yo nací en Alcoy de casualidad. Luego me trasladaron a Valencia y he crecido en una ciudad maravillosa, junto al mediterráneo, y por eso amo tanto el mar. El mar ejerce un poder en mí. Yo cada día tengo más claro que la vida proviene del mar. Todo lo que existe, la energía que hay en la tierra viene de ahí.
-Entonces, ¿El mar te inspira?
El mar es la madre de todos. El mar y la mar, es padre y madre.
En Melilla el mar es muy bonito, precioso. Siempre me han llamado poderosamente la atención las murallas, que protegían a la ciudad del ataque de los piratas. Hoy me imaginaba hace siglos a aquellos hombres defendiéndose, tirando con aquellos cañones bolas a las naves que venían a robar. Hoy roban de otra manera.