Francesco Bondanini (16 de enero de 1982) Afirma que no sabría decir en pocas palabras cuál es su profesión. “Me encantaría decirte algo así como médico, profesor o funcionario, pero no consigo encasillarme. Intentaré resumir para ver si saco una conclusión yo también. Llegué a España hace 13 años, recién licenciado en Ciencias de la Comunicación. Me fui de Italia en busca de lo que quería ser de mayor y en estos años he cambiado unos cuantos trabajos, por un lado, por necesidad y, sobre todo, por inquietud y ganas de aprender muchas cosas. Trabajé de lector de inglés en institutos, de técnico de proyectos e investigador en la universidad, obtuve un doctorado en Antropología Social, y ya en Melilla me ocupé durante años de temas migratorios, para luego interesarme por temas culturales y en la necesidad de crear cultura en los barrios de la ciudad y para colectivos más necesitados. He creado un proyecto que se llama ‘Kahina’ y una asociación llamada ‘Oxígeno Laboratorio Cultural’ en la que organizo actividades, eventos en los barrios periféricos, encuentros de literatura juvenil y, sobre todo, en los últimos años he impartido talleres artísticos a niños y niñas, laboratorios de foto y radio en institutos. Soy artista del programa MUS-E y colaboro con Televisión Melilla (TVM)”.
En cuanto a su filosofía de vida, afirma que hay un refrán italiano que dice "fa il bene e scordatene, fa il male e pensaci", que traducido al castellano es algo así como "haz el bien y olvídalo, haz el mal y piénsalo". Subraya que intenta no dañar nunca a nadie y ayudar en lo que pueda a los demás sin pedir nada a cambio.
–¿Cómo se describiría a nivel personal?
–Soy una persona tenaz, sensible y algo testarudo.
–¿Qué prenda de ropa no falta en su armario?
–Vaqueros, camiseta y una sudadera. Me he esforzado mucho en buscar trabajos en los que no tenía la obligación de vestirme elegante.
–¿Le gusta llevar alguna joya? ¿Tiene algún significado especial?
–No, no llevo joyas. Los únicos accesorios que llevo son unas gafas de sol (me encanta vivir en una ciudad con tanto sol). Las gafas me protegen del sol y en general de lo que veo entorno. De algún modo, son una protección.
–Expresión melillense que más use o que le llame la atención.
–Lo de ‘entanarse’creo que es auténtico de Melilla, aunque no lo suelo usar. En cambio, a veces uso algunas palabras tamazigh o árabes que no había escuchado anteriormente en otros sitios (aunque no son auténticas de la ciudad) como: ‘safi’, ‘waja’, ‘kif kif’, etcétera. Me gusta mucho el sonido de las palabras y me gusta escuchar como se mezclan los idiomas en el día a día.
–Un rincón de Melilla del que nunca se aburre de visitar.
–Una imagen muy bonita es la de Melilla la Vieja vista desde el paseo nuevo al anochecer, pero tal vez sea muy conocida. En cambio, tengo muy buenos recuerdos de una plazoleta que creo que no tiene nombre. Está muy cerca del centro penitenciario en el Monte María Cristina, se encuentra al final de la calle Río Darro, es un camino que he hecho muchas veces en estos años yendo al trabajo, la plaza es un mirador sobre la ciudad, de allí se puede observar parte del Rastro y de otros barrios de la ciudad. En esta plaza en otoño de 2018 hicimos un evento que se llamaba ‘La ruta de la Libertad’.
–Su libro favorito. ¿Cuándo leyó el último?
–Muy difícil decir sólo uno, me encanta leer y los libros que me marcaron son seguramente los que leí de adolescente. En aquella época leí muchos libros de la ‘Beat generation’ y los poemas de Whitman, Blake, Baudelaire, Pasolini...
En estos días estoy leyendo los libros que hemos preseleccionado para el IV ciclo de encuentros de literatura juvenil que organizo con Oxígeno, la Viceconsejería de Cultura y el MEFP, no puedo revelar los títulos. Son todavía secretos (jajaja). Entre un libro de literatura juvenil y otro hace poco leí la última novela de un colectivo de escritores italianos que se llaman Wu Ming.
–¿Películas o series? ¿Alguna favorita?
–Soy más de películas aunque últimamente he visto también algunas series: ‘La casa de papel’, ‘El cuento de la criada’ y ‘Suburra’, entre otras. En cuanto a las películas favoritas: casi todo el neorealismo italiano, y también casi todo Kubrick. Últimamente veo muchas películas de animación y ¡me encantan! He visto decena de veces ‘Canta’, ‘Lorax’, ‘Horton’ y unas cuantas más.
–Mi tiempo libre lo dedico a...
–Dibujar, jugar, viajar, estar con mis hijas y con mi pareja.
–Un recuerdo de la infancia.
–Jugar con los amigos en el barrio donde vivía en Roma. Hacíamos mucho ruido, mucho ‘casino’. Era muy pequeño, sin embargo, recuerdo muchos momentos de aquella época, aprendí mucho, era un descubrimiento continuo y lo pasábamos muy bien. Molestábamos a todo el mundo con el ruido que hacíamos, jugábamos justo debajo de los edificios donde vivíamos. Pero creo que antes las personas eran más tolerantes con los niños, tal vez se entendía que necesitábamos un lugar para nosotros en la calle, que aquel ruido era inevitable, sano, que éramos parte fundamental del entorno. Ahora se les da una tablet a cada niño y se han acabado los problemas de ruido. Con la excusa de la importancia de la tecnología y la mentira del miedo, los peques salen menos y descubren menos solos con sus coetáneos y los únicos ruidos que escuchamos en las calles son los motores de los coches.
–Un juguete.
–No recuerdo mucho los míos, soy el más pequeño de tres hermanos y he crecido rápido. Creo que quería hacer siempre lo que hacían ellos: estar en la calle y jugar al fútbol. Hoy en día existen juguetes increíbles, que parecen hechos más para los padres que para las peques.
–Su fiesta favorita.
–En Roma todavía celebramos la fiesta de la ‘Befana’ el día de Reyes, una fiesta pagana y que como protagonista tiene una bruja con una escoba que trae regalos a los peques. Es una fiesta divertida y aunque se haya perdido un poco la tradición, cuando puedo la celebro en la Piazza Navona de Roma.
–¿Cocina? ¿Se le da bien?
–Sí, cocino pero no se me da muy bien. Hago pastas de muchas formas y no salen tan mal, pero aún no he aprendido a hacer una buena tortilla.
–No puede resistirse a un plato de...
–La pasta hecha a mano por mis padres.
–¿Qué tarea del hogar no soporta?
–Lavar los platos, lo he hecho mucho y durante tantos años cuando compartía piso.
–¿Personaje histórico que le llame la atención?
–Es una pregunta difícil, tal vez Leonardo Da Vinci. Era sin duda el genio en absoluto. No creo que hayan nacido muchos más así. Pero en general los genios incomprendidos como Van Gogh o Pasolini, entre otros.
–Si pudiera viajar al pasado, ¿a qué época le gustaría ir?
–En el pasado había más injusticia social y más pobreza, se moría por enfermedades banales y había poca libertad, prefiero el presente con todos sus defectos. Pero si tuviera que elegir, diría que me hubiera gustado participar en la ‘repubblica romana’ en 1849. Fue un experimento a la vanguardia, con sufragio universal y otros privilegios en términos de derechos sociales que tardarían en llegar a otros sitios. Fue algo tan atrevido que no gustó mucho a los otros imperios y duró muy poco.
–¿Viajaría al futuro?
–Sí, claro, para ver si hemos conseguido dejar algo de la tierra o si nos los hemos cargado todo... Aunque soy optimista y seguro que conseguiremos cambiar la mentalidad de aquella clase política que sólo piensa en el interés de pocos y, por ejemplo, sigue sin tomar en serio la emergencia ambiental.
–¿Es supersticioso?
–No mucho.
–¿Se arrepiente de algo?
–A la mayoría de las personas que hemos dejado nuestro país nos hubiera gustado habernos quedado allí. Pero si me hubiera quedado allí me hubiera arrepentido toda la vida de todas las experiencias que he vivido en el extranjero. En la vida pasan muchas cosas y no tenemos siempre el tiempo de acertar. A veces nos equivocamos y otras nos arrepentimos. ¡Qué envidia me dan las personas que no tienen dudas y que nunca se equivocan!
–¿Cuál es su principal miedo?
– No sé, en verdad no pienso mucho en ello.
–Algo que deteste de usted mismo.
–Mi pareja dice que soy muy pesado.
–Un lugar de ensueño para ir de vacaciones.
– ¡Hay muchos! Por ejemplo, me gustaría visitar Capo de Hornos, uno de los lugares más a sur de América. También me encantaría visitar Uruguay, por poco no iba a vivir allí antes de aterrizar en Melilla.
–Si le tocara la lotería…
–Me daría mucho miedo (respondiendo a la pregunta de arriba) eso debe de dar vértigos. No sé, no creo que realmente en el fondo me gustaría, sería muy problemático de gestionar. De hecho, creo que deberían eliminarlas, la gente se juega fortunas en estas cosas arruinándose.
–Un chiste.
–Esta es sin duda la pregunta más complicada! No se me dan nada bien los chistes...
Me sé uno que me gusta mucho y me hizo mucha gracia la primera vez que me lo contaron; Una cereza que se mira al espejo y dice, CE RE EZA? (seré esa?) jajajajajaja es muy simple, pero muy gracioso!