Hoy inicia un nuevo curso escolar. Uno tan atípico como fue el cierre del anterior marcado por la pandemia del coronavirus. Sin hacer una desescalada educativa, los niños y jóvenes deberán volver a las aulas para retomar sus deberes, estudiar y formarse.
Desde marzo de este año no pisan las aulas, cuando se decretó el estado de alarma. Hoy vuelven pero de una manera distinta, con horarios diferentes, jornadas más cortas y grupos más pequeños. Una de las grandes diferencias es el uso obligatorio de la mascarilla a partir de los 6 años, la distancia social, los recreos... Será un curso distinto, en el que todos deben aportar para que salga adelante garantizando la salud y sin perjudicar la educación de los alumnos, que debe ser la prioridad.
Los escolares deben retomar sus quehaceres diarios, avanzar en la educación y formación y para ello. no queda otra que regresar a las aulas, con las medidas correctoras que se han dispuesto, con menos alumnos y con todas las normas higiénicas que sean necesarias.
Eso sí, urge que todos rememos en la misma dirección, en la de la responsabilidad y precaución para que se eviten contagios y se garantice que el curso escolar no solo pueda ponerse en marcha sino que, lo más importante, pueda continuar. Porque lo más difícil no es lo que ahora estamos haciendo, el auténtico reto es conseguir que el curso se mantenga y que puedan realizarse las distintas pruebas de manera presencial durante un curso que, aunque anómalo, permita que los escolares puedan seguir avanzando y cumpliendo los ciclos debidos.
No puede haber otro un parón educativo, pero sí se debe ser precavido, cauteloso y, sobre todo, constante en el cumplimiento de las medidas que conocemos: uso de mascarilla, distanciamiento social y lavado de manos.