La escala de tiempo geológico o tabla cronoestratigráfica internacional, es el marco de referencia para representar los eventos de la historia de la tierra y de la vida ordenados cronológicamente. El período cuaternario de tres millones de años, tiempo de los humanos reconocibles, es demasiado pequeño para ser visible a esta escala.
Situada al norte de África, a 126 km al oeste de Melilla, a 117 km al sudeste de Ceuta, con unos 19.000 m2 de superficie medidos groso modo y situada frente a la costa malagueña de Nerja nos encontramos el Peñón de Vélez de la Gomera. Geológicamente es una roca de 260 m. de longitud, con una altura máxima 87 metros y una anchura se entre 15 y 100 metros, pero carecía de manantiales de agua potable, así como prácticamente de arbolado, salvo alguna higuera y un ejemplar de alto porte de laurel cerezo. Abrigado en una gran curva de la costa cuyos extremos eran los cabos de Baba y Cantil, y en la mitad aproximada de cuyo arco se abre el valle del Uad Bades, donde se encontraba, sobre el mar, la ciudad de Bades. Esta ciudad disponía de sus propias atarazanas.
Su historia se remonta al siglo XV. El imperio Otomano interesado por la importancia corsaria de este reino, lo reforzó con cuatro fortalezas que protegían la rada y la isla. La peligrosa navegación por el Mediterráneo inquietó a los Reyes Católicos, afianzando su posición con las conquistas de Cazaza en 1505 y Torres de Alcala en 1508, levantando en ambas fortalezas cristianas. El peñón de Vélez de la Gomera fue conquistado el 23 de julio de 1508 por Pedro Navarro, tras constatar que los piratas a los que perseguía se refugiaban en el peñón. Procedió tras la conquista a la fortificación de la isla y por estar necesitado de agua, conquistó también los enclaves terrestres que lo completaban. La posesión del peñón suponía una amenaza para el país bereber de Badis, surgido en la zona de Gomara, patria de los gomeles procedentes del Reino de Granada. El dominio del peñón impedía que se ejerciese en la zona la piratería.
Perdido el peñón en 1625 y habitado por corsarios, se convirtió en una amenaza. Cuando los piratas fueron sustituidos por argelinos y otomanos aumentó el riesgo al detectarse planes de invasión a la Península en connivencia con moriscos hispanos. Por orden de Felipe II partieron expediciones navales para dar seguridad a las costas españolas, azotadas por el turco y los piratas berberiscos. Una de sus bases de partida era la Isla del Peñón de Vélez. El Puerto de Málaga fue el origen de tres expediciones navales. Siendo esta una de las épocas en que tenía mayor valor estratégico.
Originalmente era una isla rocosa hasta que un terremoto en 1930 de siete grados con epicentro en Fez sacudió el norte de Marruecos moviendo la Placa Africana y la Subplaca Ibérica y produciendo una ligera variación de la línea costera que lo convirtió en península, uniéndolo con el continente a través de un estrecho istmo de arena, o tómbolo. El movimiento sísmico hizo que se depositaran arenas entre el peñón y el continente africano, albergando así una de las fronteras más singulares, señalizada por un cabo marinero de color azul que constituye la sección de frontera más pequeña del mundo.
La zona es cercana a la convergencia de varias placas tectónicas con sus poderosas dinámicas geológicas: la africana y la euroasiática. La primera abarca gran parte del continente africano, partes del océano Atlántico e Índico, y la euroasiática, gran parte de Europa y Asia, extendiéndose desde el Atlántico hasta el Pacífico norte. Su convergencia es un área de intensa actividad geológica, lo que resulta en movimientos sísmicos, la tensión acumulada debido a la constante interacción entre estas placas puede liberarse en forma de terremoto, lo que explica por qué ocurrió este evento en esta región específica.
En la región del Mediterráneo, la placa africana está moviéndose hacia el norte, encontrándose con la placa euroasiática. Este es un encuentro convergente, lo que significa que las dos placas están chocando una con la otra. Esta interacción histórica ha dado origen a una serie de fenómenos geológicos: Formación de montañas (como los Alpes). Actividad sísmica en la región (incluyendo terremotos que pueden ser bastante destructivos). Actividad volcánica: (como en Italia, foco de varios volcanes activos). Cierre del Mar de Tetis: (en la escala de tiempo geológica, esta convergencia cerro lentamente el antiguo mar de Tetis, dando lugar a la formación del Mediterráneo).
A una escala más local, el sur de España igual que Marruecos, influenciado por la interacción de ambas placas y a su complejidad, genera la posibilidad de actividad sísmica, siendo el sur e incluso el levante las dos zonas dotadas con micro placas que generan mayor actividad. La Cordillera Rifeña, junto con la Cordillera Bética son cadenas alpinas con cortezas ligeramente engrosadas, afectadas por deformaciones desde el Cretácico, conectadas a través del Arco de Gibraltar.
Entre ambas está el Mar de Alborán, que constituye una cuenca neógena de gran tamaño con una corteza continental delgada. Estas cordilleras se han desarrollado por la actividad de las estructuras tectónicas que limitan las placas euroasiática y africana. La aproximación actual en dirección NO-SE entre las placas Euroasiática y Africana, con una velocidad de 4,9 mm/año, le confiere al límite de placas un carácter convergente. Así la región de Alhucemas concentra gran parte de la sismicidad histórica del Mediterráneo occidental, con varios terremotos de consecuencias catastróficas. Entre ellos cabe destacar el terremoto de magnitud 6.3 que se produjo a las 2 h. 27 min. del 24 de febrero de 2004.