Melilla sigue su rumbo en la gestión de la crisis sanitaria del coronavirus. El pasado viernes amplió el horario de la hostelería, hasta las 21:00 horas, y permitió usar los interiores, aunque limita su aforo. Abrió nuevamente los gimnasios y la ciudad se abre poco a poco a la cultura, pero sin descuidar las medidas de prevención contra la Covid-19.
Este lunes se dio un paso más, se permitirá salir de las casas desde las 5:00 horas para que la comunidad musulmana, que celebra el mes sagrado del Ramadán, asista al rezo de Al Fajr.
Pese a estas flexibilizaciones, se mantienen vigentes otras normas como el confinamiento perimetral y las limitaciones de reuniones en espacios privados y públicos. El uso de la mascarilla es obligatorio, así como también se debe mantener la distancia social y evitar aglomeraciones.
El virus sigue azotando a Melilla. Pese a que la incidencia acumulada en los últimos 14 días ha descendido y llega a 472 casos por cada 100.000 habitantes, sigue siendo la más alta del país ubicando a la ciudad en una situación de riesgo extremo.
También recuerda la dureza de la pandemia los 88 fallecidos y las 8.484 personas que han padecido el virus. No hay que dejar de lado las 30 personas que se encuentran ingresadas en el Comarcal y los cuatro pacientes que están en la Unidad de Cuidados Intensivos.
En momentos de flexibilización la responsabilidad ciudadana es mayor y se hace imperativo el cumplimiento de las normas para frenar la pandemia.
La crisis sanitaria del coronavirus ha dejado secuelas en la economía local y en la ciudad, por ello se hace necesario remar en la misma dirección para minimizar los riesgos y detener el virus.
La vacunación avanza y con el suero de Janssen, cuyas primeras dosis llegaron a Melilla este miércoles, se pisará el acelerador en el proceso al ser monodosis. La nueva normalidad parece estar más cerca pero mientras se alcanza, responsabilidad.