Una emocionada Felisa Padilla recogió ayer noche el galardón Melillense del Año. Un reconocimiento con más de treinta años a sus espaldas que reconoce el trabajo de Felisa, durante medio siglo, ayudando de forma voluntaria a los más necesitados.
Durante su discurso, la galardonada agradeció este reconocimiento, dejando claro que “esta labor la ayudó en momentos difíciles”. Por su parte, el presidente de la Ciudad Autónoma de Melilla, Juan José Imbroda, manifestó durante su intervención que “este nombramiento tiene un plus emocional y social que me enorgullece destacar.
La distinción de esta noche refrenda una actitud vital y de compromiso que, parafraseando al poeta Antonio Machado hace de Felisa ‘en el buen sentido de la palabra’, una persona buena”.
“Sólo con esa convicción personal se puede dedicar una vida entera a los demás. Son cincuenta años ejerciendo como voluntaria en la casa de las Religiosas de maría Inmaculada o en Cáritas, o lo que es lo mismo, ayudando a mujeres y niños, escuchando sus experiencias, afrontando sus necesidades, aplicando su sensibilidad y comprensión”.
“Mucho antes ponerse de moda los términos como exclusión o integración social, Felisa, y con ella todas las mujeres y hombres del voluntariado, ya había fomentando el desarrollo social y educativo de las familias más necesitadas, había apostado por la dignidad de las personas, defendiendo la tolerancia y la convivencia. Y lo ha hecho con discreción, en silencio, porque el gesto solidario nace de su generosidad hacia los demás y porque aquellos que necesitan esta atención merecen la mayor intimidad”, apostilló Imbroda.
¡Felicidades!