Feijóo pide mayoría absoluta a Imbroda

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, no ha limitado su visita a Melilla al discurso contra el empobrecimiento de los españoles que dio este sábado en el Hotel Melilla Puerto, donde Juan José Imbroda revalidó su cargo como presidente regional del Partido Popular con el 98,16% de los votos. 

También aprovechó para visitar Melilla La Vieja y conocer los tesoros escondidos de la España abandonada y olvidada por la propia España. Porque eso es lo que somos: la sombra de lo que podemos ser. Sobrevivimos por obra y gracia del dinero público inyectado a mansalva en las cuentas de la Ciudad. Y ni así conseguimos seguir el ritmo del desarrollo en nuestro país o soñar con una bajada de impuestos como las que se aplican en Andalucía, Murcia, Galicia, Castilla y León o Madrid. Estamos a años luz de la España que crece.

En Melilla, Feijóo ha hecho lo que ha venido haciendo en otros territorios: está conociendo el país que quiere gobernar. Crucemos los dedos para que, además de ver los aljibes y la Plaza de Armas, se haya fijado en el número escandaloso de locales cerrados que tenemos en el centro.

Pasadas las emociones del proceso de precandidaturas a la presidencia del PP de Melilla, el acto de sábado fue una celebración de la reelección de Imbroda como presidente del partido. Aún así no podemos pasar por alto que cerca de un centenar de los compromisarios que dieron su apoyo a la candidatura ganadora no acudió a votar. Eso no desmerece la victoria de Imbroda. Dónde hay que firmar para conseguir el 98,16% de los apoyos del 75% de los compromisarios que votaron.

Pero Imbroda parece haber tomado nota de la necesidad de insuflar aires nuevos al partido. Aunque había dicho a El Faro que para él la renovación no consiste en echar a unos y meter a otros, ha terminado cambiando la mitad de la Ejecutiva, un órgano interno que no tiene mucho poder de decisión, pero que, de cara a la galería, manda un mensaje claro a la ciudadanía: entra savia nueva al partido.

Esta decisión ha gustado mucho, en general, porque se entiende que el presidente está moviendo ficha. Sabe que se juega mucho porque Feijóo ha sido meridianamente claro: el PP solo puede gobernar con mayoría absoluta y por eso ha pedido a Imbroda que trabaje para ganar.

Además, se sabe que Feijóo quiere un partido unido, por eso pide lealtad a los perdedores en los procesos de primarias y generosidad a los ganadores. En regiones como Murcia este consejo ha caído en saco roto, pero en Melilla está por ver. A Imbroda se le puede describir con muchísimos adjetivos, pero nadie puede decir de él que no tiene olfato político. La política le da vida y, además, es su vida. Por eso su mención a Javier Lence en su discurso es una prueba más de que no quiere que el PP se le escape como el agua entre los dedos. Fue un detalle entendido por muchos como el "perdón" a un díscolo que presentó una precandidatura alternativa a la suya.

En aras de coser el partido, Imbroda ha cambiado la mitad del Comité Ejecutivo regional, y ha tenido el detalle de incluir a Javier Pérez Escámez, afín a Javier Lence. Falta por conocer los nombres que saldrán de la Junta Directiva que se anunciará, previsiblemente este viernes. Serán 88 personas, entre las que está por ver si estarán más nombres del entorno de Lence.

No se puede descartar después de ver que ha incluido a José Luis Vereda entre los miembros del Comité Ejecutivo, habida cuenta de que éste le presentó una candidatura alternativa a Imbroda cuando aún era presidente de la Ciudad y tenía más poder del que tiene ahora.

De momento se desconocen los nombres de quiénes acompañarán al presidente del PP de Melilla en el camino empinado para intentar recuperar el Gobierno de Melilla. Estamos convencidos de que no bastará con encomendarse al efecto Feijóo. Los melillenses quieren cambio e Imbroda tiene que demostrar que él es el cambio. Eso no se hace con una lista electoral renovada a partir del número 13, manteniendo en los puestos de siempre a los de siempre.

Habrá que ver si los cambios "importantes" que avanzó en declaraciones a El Faro antes de la celebración del Congreso incluyen nombres solventes al frente de las vicesecretarías y secretarías del partido. En su entorno, aseguran no saber qué pasa por la cabeza del presidente y tampoco se les pasa a por la cabeza preguntarle. Hay quien incluso cree que hasta el último minuto ni el propio Imbroda tiene decidido lo que va a hacer.

Haga lo que haga, el presidente del PP debe preparar un partido para gobernar. Otros cuatro años en la oposición acabarían, y esta vez de verdad, con su trayectoria política.

Melilla necesita gente talentosa que quiera dedicar unos años de su vida a hacer de ésta, una ciudad vivible. Necesitamos políticos generosos que piensen más en Melilla que en su nómina. Y necesitamos que  se comparta la bonanza; que se beneficien muchos de lo bien que van las cosas. Hay que acabar con el estigma que apunta a que si gobiernan estos, les irá bien a estos y si gobiernan los otros, les irá bien a los otros. Hay que gobernar para todos.

Por eso es tan importante la renovación del PP. Cuando las cosas se dejan estar, pasa lo que pasa en el PSOE de Melilla, que hoy es un partido desmayado, que no sabe sacar provecho a los logros que consigue y, en cambio, se ahoga en los charcos que pisa.

Ahora sólo queda por delante el cónclave de CpM con la incógnita de si habrá renovación en el partido. También queda pendiente saber si Vox llegará a las elecciones con su Gestora o consolidará el liderazgo de José Miguel Tasende de cara a las municipales. En Podemos, la dimisión de José Ouviña, deja margen de maniobra a Gema Aguilar a quien la izquierda identifica con una mujer que si la dejan hacer, hace.

Conclusión, Melilla se prepara para unas elecciones en la que nos jugamos mucho. Unos más que otros. Imbroda es quizás de los que más se juega.