El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha hecho una exhibición de fuerza contra la amnistía del procés reuniendo en Madrid a miles de personas, 40.000 según la Delegación de Gobierno y 60.000 según los datos de su partido, a 48 horas de su debate de investidura, abocada al fracaso.
Gritos de "presidente, presidente" y, sobre todo, de "Puigdemont, a prisión" han acompañado el acto con el que el PP ha mostrado además su unidad y músculo territorial, pues en la avenida Felipe II de Madrid se han dado cita los barones autonómicos, que gobiernan en doce de las diecisiete autonomías, además de los expresidentes José María Aznar y Mariano Rajoy.
Fuentes de la dirección del PP han trasladado que éste ha sido el mitin más masivo de la historia del partido y que ha superado incluso el récord de Aznar en Mestalla en 1996. Todo el partido se ha movilizado y se han fletado autobuses desde los diferentes territorios.
El acto, plagado de banderas de España y del PP, ha sido todo un revulsivo para un Partido Popular en horas bajas, por el revés electoral del 23J y ante una investidura abocada al fracaso.
Porque a dos días del debate de investidura, que comienza el martes, Feijóo sigue sin tener el respaldo necesario para ser elegido presidente.
El popular tiene 172 votos -los de PP, Vox, Coalición Canaria y UPN- y se sitúa a cuatro de la mayoría absoluta por lo que sólo una sorpresa en la bancada del PSOE, a la que los populares no dejan de apelar, puede llevarle a Moncloa.
Y en este contexto, el mitin masivo en Madrid no ha servido, como se anunciaba, para adelantar a los españoles el proyecto que Feijóo defenderá en el hemiciclo, sino que se ha convertido en una conjura colectiva contra la posibilidad de que Pedro Sánchez acepte amnistiar a los implicados en el procés independentista de Cataluña para poder formar gobierno.
Han alertado todos los que han tomado la palabra. El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, los expresidentes Aznar y Rajoy y también el candidato del PP a la investidura, que una vez más ha dejado claor que la defensa de la igualdad entre españoles puede costarle la Moncloa.
Hablar de amnistía equivale a sostener "que el golpe (de Estado)" del 'procés' independentista "estuvo bien dado" y "fue justo" y "los jueces españoles son prevaricadores", ha avisado Ayuso, que ha arengado a corear una y otra vez que "de ninguna manera".
"Llamarán convivencia a lo que es pura conveniencia, llamarán alivio penal a la impunidad, como llaman diálogo al chantaje, y llamarán concordia a intentar imponer este proyecto a más de media España, incluida buena parte de los votantes socialistas", ha advertido Rajoy.
Aznar ha alertado de un "ataque sin precedentes" porque "no procede solo de los enemigos de la Constitución, si no de un partido que tiene la obligación de defenderla y no lo hace".
"La Constitución y la ciudadanía no son moneda de cambio para satisfacer a golpistas", ha subrayado.
"No nos llamen tontos a los españoles porque no lo somos. Lo que hacen solo tiene un nombre, indignidad, unos cómplices, el PSOE actual, y solo un responsable, que está en el Palacio de la Moncloa después de haber perdido las elecciones", ha exclamado Feijóo.
Ante unos seguidores que antes de comenzar el acto coreaban "fuera, fuera" contra Sánchez, Feijóo ha acusado al presidente en funciones de "falta de integridad moral y política" y ha advertido de que ningún español votó "un cambio en el régimen constitucional" por , lo que considera un "fraude, agravado y reiterado por la misma persona".
En un acto bajo las siglas y la imagen de PP, Feijóo ha dado las gracias a los 33 diputados de Vox y a los dos diputados de Coalición Canaria y UPN que apoyarán su investidura, a los que han aplaudido sus seguidores.
También ha lanzado un guiño a los socialistas contrarios a la amnistía, a los que ha dicho que podrán ser "expulsados" o no tener "sitio" en su partido pero que son reconocidos por la mayoría como "hombres y mujeres de Estado".
El presidente del PP vuelve ahora a su encierro para seguir preparando el debate de investidura, donde además de la aritmética tendrá que enfrentarse a las críticas de sus adversarios y de su contrincante, Pedro Sánchez, que por sus llamamientos a los socialistas le ha acusado este domingo de promover "la peor de las corrupciones", el transfuguismo.