Los niños se levantaron muy temprano para abrir cuanto antes sus regalos y disfrutar de sus juegos nuevos, de las muñecas, de las bicicletas o de otras cosas que les trajeron .
¡Mamá, Papá, venid a ver lo que me han dejado los Reyes Magos!, se pudo escuchar durante la mañana de ayer en casi todos los hogares de la ciudad.
Esta exclamación de alegría de los más pequeños, en algunos domicilios, se pudo oír a primeras horas de la mañana, puesto que los nervios de los infantes para saber si los Magos habían escuchado y atendido sus peticiones, no les había dejado apenas dormir.
El trabajo de los Reyes Magos durante todo el año pasado fue ingente, puesto que después de recabar toda la información necesaria acerca de las peticiones de los menores melillenses y analizar el comportamiento de la mayoría de ellos, si fueron buenos, malos o tienen alguna actitud respecto a sus padres o semejantes que tienen que mejorar, se dispusieron a adquirir los presentes y a repartirlos a cada niño mientras dormía soñando con los regalos que les iban a traer.
El sonido de la ruptura de los papeles, la cara de sorpresa y el ¡OOOOh!, precedieron los momentos en los que los niños comenzaron a disfrutar de los juegos, las bicicletas, los carritos de muñecas, las muñecas, los balones de fútbol, las nuevas videoconsolas, los juegos de actualidad para este tipo de instrumentos electrónicos, hecho que les ha entretenido durante toda la jornada de ayer.
No obstante, no todos los regalos que dejaron los Reyes en Melilla fueron juegos y muñecas, sino que también aprovecharon para obsequiar a los melillenses con ropa, calzado, perfumes y otros detalles que alegraron no solo a los más pequeños, sino que también satisfizo a los mayores.
El Paseo Marítimo y el Parque Hernández fueron los lugares en los que los niños melillenses estrenaron algunos de sus regalos de estos Reyes, ya que disfrutaron, en un soleado día de un paseo en bicicleta, dando unas pataditas al balón o jugando con su nueva muñeca y el carrito que le acaban de dejar.
Los niños tendrán que esforzarse y portarse bien para ser merecedores de los regalos del año que viene.