El comisario europeo de Interior y Migración, Magnus Brunner, señaló este pasado lunes ante la Comisión de Libertades Civiles del Parlamento Europeo que existe “potencial” para mejorar la cooperación entre la Unión Europea (UE) y Marruecos en materia de migración, especialmente en lo relativo a los retornos y readmisiones de personas en situación irregular. En su intervención, Brunner consideró que la relación entre Bruselas y Rabat está aún “por debajo del potencial” que podría alcanzar, y remarcó la importancia de consolidar una colaboración más eficaz entre ambas partes.
El responsable europeo respondió así a una pregunta formulada por el eurodiputado español Jorge Buxadé (Vox), quien solicitó información específica sobre el estado de los acuerdos migratorios con Marruecos. Brunner afirmó que, aunque se han dado pasos importantes, “hay margen para más retornos y más readmisiones” por parte de Rabat, en un contexto marcado por el aumento de la presión migratoria en las fronteras exteriores de la UE.
Brunner subrayó que la cooperación en el ámbito migratorio entre la UE y Marruecos debe basarse en el principio de responsabilidad compartida y destacó que ambos actores enfrentan “retos comunes”, entre los que mencionó el combate contra las redes de trata de personas y la necesidad de establecer vías legales y seguras para la migración.
En ese sentido, resaltó los esfuerzos del Reino de Marruecos para desarrollar una estrategia migratoria nacional, que incluye la integración de migrantes regulares mediante el acceso a la educación, la formación profesional, el empleo, la sanidad y la vivienda. A juicio del comisario, estas políticas han tenido un impacto positivo y han contribuido a una reducción del 40% en las salidas irregulares de migrantes desde Marruecos hacia territorio español en lo que va de 2024.
Además, Brunner destacó algunos avances en la cooperación entre Marruecos y agencias europeas como Frontex, dedicada a la gestión de las fronteras exteriores, y CEPOL, la agencia europea para la formación policial. Sin embargo, mostró su preocupación por la falta de progresos en las negociaciones con Europol, la agencia europea de cooperación policial, y lamentó que no se hayan cumplido las expectativas en este aspecto.
Durante la sesión, también se abordó el nuevo reglamento europeo de retornos, una pieza clave dentro del Pacto Europeo sobre Migración y Asilo. Según Brunner, la tasa de devoluciones de migrantes irregulares ha experimentado una ligera mejora en 2024, pero aún se sitúa en torno al 25%, una cifra que evidencia, en su opinión, las dificultades estructurales para ejecutar las decisiones de retorno en la UE.
El debate no estuvo exento de controversia. La eurodiputada Estrella Galán (Sumar) criticó duramente la orientación de la propuesta legislativa, a la que acusó de “criminalizar” a los migrantes. Galán denunció que los centros de procesamiento de migrantes que la Comisión Europea prevé crear en terceros países podrían convertirse en “Guantánamos”, al tiempo que advirtió sobre la imposibilidad de garantizar plenamente los derechos de los migrantes en esos entornos.
Brunner rechazó estas comparaciones y aseguró que “no es justo incluir retornos y Guantánamo en la misma frase”, ya que los acuerdos con terceros países para albergar estos centros estarán condicionados al cumplimiento estricto de los derechos fundamentales. Subrayó que la protección de los derechos humanos será una prioridad y que los acuerdos estarán sujetos a la supervisión de tribunales nacionales e incluirán múltiples salvaguardias legales.
Estas declaraciones se producen en un contexto de tensiones diplomáticas entre España y Marruecos en torno a las devoluciones en caliente de migrantes. Tal como publicó El Faro de Melilla, Rabat ya responsabilizó a Madrid de llevar a cabo estas prácticas en la frontera de Melilla, mientras que el Gobierno español defiende que actúa conforme a acuerdos bilaterales y al marco legal europeo.
La Comisión Europea insiste en que una cooperación sólida y transparente con países como Marruecos es esencial para construir un sistema migratorio ordenado, basado en la responsabilidad y la solidaridad. Brunner concluyó que la UE debe aprovechar el “potencial sin explotar” de esta relación y reforzar los canales de diálogo para gestionar los flujos migratorios de manera segura, legal y respetuosa con los derechos humanos.
Ya han podido apreciar, las indiferencias, de las organizaciones del País, de origen de la inmigración, no existiendo ningún elemento en las mismas, interesadas en adoptar medidas para que, el desarrollo de este personal se pueda producir, como nos indica la supremacía de estas normas y reglas, como es que se desarrollen principalmente en su “HÁBITAT” natural rodeado de sus “FAMILIAS”, considerándose cualquier otra opinión, como una falacia, bajo supuestos intereses.