El director del aeropuerto, Iván Grande Merino, asegura a El Faro que no hay ningún sistema de aproximación en ningún aeropuerto que reduzca a cero las cancelaciones por mal tiempo. Explica, además, que nuestras instalaciones no se pueden comparar con otras porque ningún aeropuerto estatal está rodeado de Marruecos. Subraya que esto implica limitaciones. De hecho, los aviones entran al aeropuerto en curva.
–El 75% de bonificación de los billetes de transporte ha provocado que las cifras de pasajeros del aeropuerto mejoren durante este 2018.
–Sí, ha sido un año fantástico. Ha sido el año en el que hemos conseguido un récord en pasajeros. Hemos alcanzado la cifra de 348.400 viajeros en números redondos, lo que significa un 7,3% más que el año pasado que fueron 324.000. Además, hemos crecido en operaciones. Hemos pasado de 7.997 a 8.085 lo que supone un 1,6% más. Así que los datos a nivel estadístico son muy buenos.
Hemos incorporado una nueva compañía y una nueva ruta que, a nivel cuantitativo no tiene un peso muy fuerte, pero a nivel cualitativo siempre es muy importante. La conexión con Ceuta, con la ciudad hermana, es importante. Por otra parte, también tenemos una compañía comercial nueva, Helity. Eso es muy destacado en cuanto a la competencia y la calidad que se presta al pasajero.
Además, hemos aumentado el número de operaciones de evacuaciones sanitarias que es un servicio que se presta con una repercusión social muy importante. Se ha pasado de 724 operaciones a 764. Eso es un 5% más. Y en pasajeros evacuados también hay un incremento al pasar de 2.170 a 2.200 en número redondo.
–Helity lleva poco tiempo operando en la ciudad y aunque sean pocos los pasajeros, se trata de un salto cualitativo por la cercanía que ahora tenemos con Ceuta, nuestra ciudad hermana.
–Claro es que es importante por tener una nueva ruta estable. Pasar de las dos que tenemos ahora, que son Madrid y Málaga, a una tercera de manera estable. Es muy importante, aunque es verdad que el número de pasajeros que transporta el helicóptero son menos de lo que permite un avión. Pero cualitativamente es muy relevante esa conexión. Además, es que las dos ciudades tenían muy mala conexión por barco y tierra. Es una muy buena noticia y es uno de los objetivos, mantener esa ruta y mejorar en lo posible.
–Hace pocos días comentaba a la prensa que se está calibrando el nuevo sistema de aproximación. Es un tema del que todo el mundo habla en la ciudad cuando hay mal tiempo y no aterrizan los aviones, aunque sea un asunto técnico del que pocos ciudadanos saben. ¿Cómo es nuestro sistema de aproximación?
–Es un tema muy técnico. No es fácil de explicar en unos pocos segundos. Pero lo intento. Ahora mismo tenemos un sistema de aproximación basado en un NDB. Es un sistema de aproximación que no es de precisión. Lo que se está ahora mismo implantando por parte de Enaire, que es el proveedor de servicios de navegación aérea, es un nuevo sistema de aproximación aérea. Ese nuevo sistema se basa en el VOR. Ya está instalado cerca de la pista, pero se usaba para la navegación en ruta y no para la aproximación. Lo que estamos haciendo ahora es implementar este equipo que está en muchos aeropuertos para que se pueda utilizar como aproximación. Eso produce una mejora importante en cuanto a la calidad de la información que recibe el piloto y a la precisión en el encaramiento que hace el piloto cuando va a colocarse frente a la pista. Esto es el sistema de aproximación.
Pero para que éste esté afinado hay que calibrarlo, como ocurre con otros equipos. Para ello se hacen dos fases. En una primera, a través de un avión que toma la pista y despega y hace sobrevuelos sobre la pista. Va comparando los datos que le transmite el VOR con los equipos que lleva abordo y lo que va a haciendo es ajustando esos datos. Ya que, al final, el VOR lo que hace es emitir una serie de señales. Esa información es la que se va ajustando con el vuelo de calibración que se hizo hace dos semanas.
–¿Qué beneficios va a traer este nuevo sistema?
–Pues el nuevo sistema va a dar dos ventajas. La primera es la calidad de información que damos a los pilotos que mejora y, por lo tanto, el piloto se puede encarar mejor a la pista. Y esperamos que se reduzca alguna cancelación que hemos tenido por meteorología adversa. La segunda es que es un sistema más robusto en relación al mantenimiento y las averías que pueda tener. Es decir, va a ser un sistema que nos permita ahorrar en tiempos de averías y que se avería menos. Esas son las dos ventajas que nos va a proporcionar.
–¿Permitirá aterrizar a los aviones con peores condiciones meteorológicas?
–Con ese sistema vamos a tener una mejora, pero no es definitiva. No hay sistema de aproximación que permita una reducción a cero de las cancelaciones. Es decir, las cancelaciones por meteorología se producen en todos los aeropuertos y por muchas causas, falta de visibilidad, nubes bajas, nieve... Aunque de esa nos salvamos en Melilla (sonríe). También por viento, como estas últimas semanas o lluvia, pues hay aeropuertos donde se les encharca la pista si llueve mucho. Nosotros tenemos dos de estas causas que nos ocurren, como son el techo de nubes bajas y el viento. Mientras que en otros aeropuertos hay otras. Pero ningún sistema de aproximación va a reducir a cero las cancelaciones. Vamos a ver si con éste podemos disminuir algo. En este sentido, por ejemplo, el techo de nubes puede ser alto y con este sistema se reduce el número de cancelaciones, pero si está muy bajo y no hay forma de aterrizar.
La cuestión está en la peculiaridad que tiene Melilla respecto a otros aeropuertos. Se compara el aeropuerto de Melilla con otros a nivel nacional, pero ninguno tiene la característica del nuestro y es estar rodeado del Reino de Marruecos y tener una aproximación en curva por esta circunstancia. Eso es absolutamente limitativo porque restringe la tecnología que puedes emplear.
Así que cuando alguien comenta que el aeropuerto de Melilla no tiene ILS, pues es que no puede tenerlo porque, si realizamos una aproximación en curva porque tenemos que salvar el territorio de Marruecos por la salvaguarda de la servidumbre y de los obstáculos asociados, ahora no podemos tener eso. Otros aeropuertos cuentan con el sistema ILS, pero no tienen esta peculiaridad de Melilla que es absolutamente limitativa.
Salvo que no haya un acuerdo entre los dos países, a día de hoy tenemos que atenernos a esta circunstancia. De forma que no sirve comparar el aeropuerto de Melilla con el de Barajas porque en Madrid no tienen a otro país rodeándole. Dicho esto, el sistema de aproximación de Bajaras tampoco reduce a cero las cancelaciones por meteorología o por polución, como la falta de visibilidad y en diciembre me ocurrió a mí.
–¿Cómo han vivido estos meses en los que las cancelaciones por Air Nostrum han sido frecuentes?
–Soy consciente del malestar de la gente. Pero desde el aeropuerto, lo que siempre hacemos es trabajar para que las cancelaciones que puedan reducirse porque corresponden a temas de coordinación o averías, sean las menores posible. Esto lo que se hace es una vigilancia de las compañías aéreas y se toman las medidas que corresponde. Se hacen reuniones y seguimientos e incluso denuncias a la autoridad aeroportuaria. Todo eso se ha hecho y se ha trabajado de forma conjunta con Air Europa y con Air Nostrum cuando lo han necesitado. Se les ha facilitado todo lo que han precisado y de, alguna manera, exigirles que la calidad sea la que necesitan y requieren los pasajeros de Melilla. Además, hay que tener en el horizonte la seguridad de las operaciones.