El ministro de Exteriores, José Manuel García–Margallo, aborda con su homólogo italiano la importancia de hacer valer “la dimensión sur” en Europa, en especial, en política migratoria.
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, y su homólogo italiano, Paolo Gentiloni, abordaron ayer en una reunión en Madrid la importancia de la “dimensión sur” de la política europea de vecindad y han intercambiado sus opiniones sobre los conflictos en Libia, Siria e Irak, según informó el Ministerio en nota de prensa. Ambos ministros centraron su encuentro en el próximo Consejo de Asuntos Exteriores de la Unión Europea, donde se abordarán temas como la situación en Ucrania, el proceso de paz de Oriente Medio y la crisis del ébola. Pero ambos responsables gubernamentales suman fuerzas también para afrontar en el seno de la UE problemas comunes, como la presión migratoria.
Es el primer viaje a España del ministro tras haber tomado posesión de su nueva cartera, en sustitución de la actual alta representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Gentiloni. Con García-Margallo repasaron en el Palacio de Viana de Madrid el buen estado de las relaciones bilaterales entre España e Italia.
Asimismo, ambos analizaron asuntos muy presentes en la agenda de la actual presidencia semestral italiana en el Consejo de la UE, y en los que España tiene un papel muy activo, como las reformas para el crecimiento y empleo, el proceso de profundización de la Unión Económica y Monetaria y la política migratoria.
García-Margallo y Gentiloni trataron también la importancia de la “dimensión sur” de la política europea de vecindad, tanto por los desafíos que representa para la UE como por su relevancia estratégica en áreas como la energía. Hablaron, además, de su parecer sobre los conflictos en Libia, Siria e Irak, así como la problemática del terrorismo internacional.
Según el departamento que dirige García-Margallo, a partir del próximo 1 de enero, España afrontará precisamente dichos retos y responsabilidades desde el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, para cuya elección contó con el expreso apoyo de Italia.