A la espera de que el Mercado Central abra sus puertas, la Escuela de Idiomas y el Conservatorio ofrecen clases en lugares reducidos para el número de alumnos.
Hay centros donde conseguir nuevos espacio es cuestión de organización y de mucha imaginación. En Melilla, tres instituciones educativas esperan con grandes expectativas que el Mercado Central abra sus puertas para contar con las aulas que necesitan para expandirse, ofrecer más servicios y dar mayor calidad a las lecciones que imparten los profesores. Se trata de la Escuela de Adultos, la Escuela Oficial de Idiomas y el Conservatorio Profesional de Música. Los sindicatos demandan desde hace años nuevos edificios para estas instituciones y la Dirección Provincial promete cada cierto tiempo que en los próximos meses estará habilitado el antiguo mercado de abastos para estos alumnos. Y mientras, ¿cómo dan clase los profesores en estos espacios prestados? ¿Cuentan con todos los recursos que necesitan para enseñar idiomas o música?
Un profesor de la Escuela Oficial de Idiomas afirma que uno de los problemas de este centro es que no tiene un edificio propio. Está en uno de los pasillos del IES Leopoldo Queipo y eso impide que puedan seguir incrementándose el número de clases que se ofrece a los melillenses.
También explica que los alumnos llenan las clases de inglés, sobre todo, en los primeros cursos. Como la universidad exige un título oficial y también en otras carreras se valora este certificado, la Escuela Oficial de Idiomas ha notado un incremento muy grande en los últimos años de estudiantes. Por eso, este maestro asegura que se necesitan más docentes para poder descargar las clases y en lugar de contar en un aula con 30 alumnos, haya un máximo de 15, lo ideal para enseñar un idioma con todas las garantías.
Como están a la espera de su traslado al Mercado Central, no llegan tantos recursos materiales como desean, así que los profesores de la escuela viven con la esperanza de que su traslado al edificio nuevo sea más pronto que tarde.
Música en todas partes
El Conservatorio de Música está en un edificio muy antiguo que cada dos por tres sufre alguna reforma. Hasta hace dos semanas el salón de actos estaba cerrado para los alumnos, lo que llevó a los profesores a sacar la música de este lugar y ofrecer conciertos en el Salón Dorado, el Leopoldo Queipo o el Parque Hernández. Un profesor de este centro afirma que se organizan muy bien para que los pocos y reducidos espacios que tienen sean suficientes para ofrecer tanto las clases conjuntas como las individuales. Asegura que tienen mucha suerte porque sus alumnos son auténticos músicos.