El consejero de Infraestructuras, Rachid Bussian, anunció ayer que se acometerán unas serie de obras en la zona del Estadio Álvarez Claro y del Barrio de Alfonso XIII para retirar las barreras arquitectónicas que dificultan la movilidad. Tras la denuncia de los vecinos del Barrio publicada por este medio, el Gobierno se ha dado por enterado de las dificultades que padecen los ciudadanos con movilidad reducida que viven en la zona y ha tomado cartas en el asunto. Las ciudades pueden convertirse en ocasiones en monstruos de hormigón, en las que prime un diseño orientado a la circulación de los vehículos y se olvide al ciudadano. Eliminar aquellos obstáculos que hacen la vida realmente complicada a algunas personas debe ser una de las prioridades de cualquier gobernante que quiera convertir a Melilla en una ciudad del siglo XXI. No podemos más que congratularnos que desde la Administración local se escuche la voz de los ciudadanos y se intente, dentro de la medida de lo posible, solucionar sus problemas y mejorar su calidad de vida.