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El colegio organizó bailes y una puesta en escena inspirada en la historia de nuestra ciudad
El pasado fin de semana el colegio Enrique Soler se vistió con sus mejores galas y dio por clausurado un curso lleno de motivos para estar felices.
Los profesores se despidieron de sus alumnos durante este periodo estival a lo grande, con mucha música, bailes y, como no podía ser de otra manera, enseñando.
El festival de fin de curso, que desde hace varios años se divide en dos días debido a la gran afluencia de público, se inspiró en esta ocasión en la historia de Melilla, sus tradiciones, sus gentes y su cultura.
Los bailes fueron preparados con mucho esfuerzo durante el último trimestre para despedir el curso con una puesta en escena muy cuidada y divertida a la vez.
Desde Rusadir hasta Enrique Nieto, pasando por la vida militar, la feria, la multiculturalidad y hasta la Ciudad del Deporte... Éstos fueron muchos de los temas que se tocaron durante el viaje histórico festivo que no dejó indiferente a ninguno de los asistentes.
Esta vez el colegio Enrique Soler se sumó al proyecto que potencia la Consejería de Presidencia a través del Instituto de las Culturas y por ello desde el centro agradecieron ayer a la consejera Paz Velázquez su apoyo y colaboración.
En los dos días de festival pasaron más de 3.000 personas por el colegio Enrique Soler. Todos aprendieron de manera muy divertida la historia y momentos de nuestra ciudad.