El presidente de la Ciudad compareció ayer, en el Senado, ante la Comisión Mixta de las Cortes españolas para las relaciones con la UE, con el ánimo de ahondar, tal cual hiciera Vivas hace un par de semanas, en la necesidad de obtener de la Unión Europea un trato específico que permita dotarnos de alternativas económicas y, al par, garantizar nuestro futuro. La radiografía que hizo la primera autoridad local de nuestra ciudad es, por desgracia, muy conocida por todos los melillenses. Nuestro paro endémico, unido a la fecha de caducidad de nuestro sistema actual de comercio fronterizo con Marruecos, y al riesgo de fractura social que provoca el alto índice de desempleo y falta de cualificación profesional y académica entre muchos de nuestros jóvenes, en su gran mayoría de origen bereber, permitió que la realidad local llegara diáfana a los parlamentarios encargados de tratar y negociar nuestro pretendido estatus como ciudades europeas.
La radiografía es clara, la receta para atajar sus graves presagios de futuro y sus rigores de presente, también. Sólo falta voluntad política, y la batuta para hacerla posible está en manos del Gobierno central. Si el Ejecutivo nacional no está convencido de nuestro potencial para la misma Europa a la que demandamos un trato justo, nada podremos hacer para convencer al conjunto de los europeos. De ahí, la importancia de la intervención ayer en el Senado de nuestro presidente Juan José Imbroda.