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Ayer lunes volvieron a circular por los pasos fronterizos de la ciudad, tras el parón del fin de semana, las personas y vehículos que se dedican al comercio atípico
Tras una semana, la anterior, que culminó con tres días consecutivos de cierres en los puestos, miércoles, jueves y viernes, la tranquilidad del sábado y el domingo se vio eclipsada por un corte del tráfico por parte de Marruecos.
Respondía a una protesta de trabajadores del denominado comercio atípico, que protestaban porque querían seguir pasando mercancía. Este hecho provocó que, durante cinco horas, no pudieran pasar vehículos por el principal paso que une nuestra ciudad con el vecino país.
Volvió, por tanto, esta desagradable tónica a la frontera. Las aglomeraciones de porteadores fueron precisamente las que generaron los cierres la semana pasada y también el de ayer. Responsables de Policía y Guardia Civil mantuvieron un encuentro “informal” con homólogos marroquíes para intercambiar información sobre lo que ocurría en el puesto fronterizo.
Lo que queda claro, sin embargo, es que situaciones como las relatadas no pueden seguir produciéndose con la regularidad de estos últimos días, dado que generan malestar a todos los ciudadanos que hacen uso de las instalaciones fronterizas.
Precisamente ayer, el presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, se mostró favorable a tomar medidas como las que se llevan a cabo en Ceuta, donde ahora no dejan pasar coches sin seguro o que conduzca otra persona que no sean su dueño. Esta último punto se hace para evitar que se genere negocio en torno a una persona que cuente con una flota de vehículos y los reparta para pasar mercancía.
Delegación y Gobierno local se han posicionado, en más de una ocasión, a favor de buscar y llevar a cabo soluciones que regulen y limiten el comercio fronterizo, para evitar que colapse las fronteras. La voluntad de mejorar el tránsito fronterizo existe. Con la adecuada colaboración de Marruecos, se debería esperar que situaciones como la de ayer se queden en meras anécdotas del pasado.