La UD Melilla y el Sevilla Atlético completaron un partido entretenido en el que primó el miedo a perder antes que buscar de manera desenfrenada el triunfo.
Aunque ambos equipos lo intentaron, fue el azulino el que más argumentos puso sobre el verde para sumar los tres puntos en juego, que le hubiera mantenido vivo en la pelea por acabar entre los cuatro primeros clasificados del grupo. No pudo ser. El justo reparto de puntos final contentaba más al cuadro andaluz que al norteafricano, al que le queda el consuelo de haber logrado la clasificación para disputar la próxima edición de la Copa del Rey, después de conocer la derrota del Real Jaén ante el FC Cartagena.
El conjunto azulino saltó al césped del municipal melillense con la idea de encarrilar pronto el partido y suyos fueron los primeros minutos del choque. Los de Currás, que se mostraron más intensos, tuvieron fases de buen juego hasta mediado el primer acto puesto que a partir de ahí el juego se equilibró.
Pronto llegaría el primer disparo con peligro de los locales. Se cumplía el minuto siete de partido cuando Manolo cedía la pelota sobre Sufian, que conectaba un tremendo derechazo al que David Soria respondía metiendo las manoplas junto a la escuadra izquierda de su portal para enviar a córner.
El Melilla seguía imponiendo sus galones y al filo del cuarto de hora pudo llegar el primer tanto local. Una buena combinación de los azulinos acababa con el balón en los pies de Manolo, quien centraba a pie cambiado desde el flanco derecho y Guille Roldán, en boca de gol, enviaba la pelota por encima del travesaño cuando lo más fácil era meterla entre los tres palos.
Pasado el ecuador de la primera mitad, el Sevilla Atlético comenzaba a acercarse con cierto peligro al área norteafricana. Así, al filo de la media hora, un centro a pie cambiado de Carlos Fernández se paseaba por delante de la portería de Álvaro García sin encontrar rematador por muy poco.
Pedro Conde ponía la réplica con dos disparos consecutivos que no encontraron portería; mientras que los hispalenses pudieron desnivelar el marcador a pocos minutos de llegar al descanso. Primero fue Carlos Fernández el que se revolvía dentro del área y disparaba junto al palo izquierdo de Álvaro. Y poco después un centro al área de Luismi lo bajaba con el pecho Juan Muñoz para que Carlos Fernández golpeara con intención obligando a Álvaro a emplearse a fondo para mantener el 0-0 con el que se llegaba al asueto.
Tras el paso por los vestuarios, el guión de los primeros compases de la segunda parte iba a ser prácticamente calcado al del primer tiempo. Los locales parecían que saltaban con una marcha más, se hacían con las segundas jugadas y ponían cerco al área sevillista. Así, un saque de esquina botado a pie cambiado por David Sánchez, lo despejaba de puños David Soria y el balón llegaba a los dominios de Manolo, que enganchaba una tremenda volea a la que el portero hispalense respondía con la parada de la mañana enviando de nuevo la pelota a saque de esquina.
Poco después, pasada la hora de juego, un centro desde la derecha de Sufian se envenenaba y a punto estuvo de sorprender al meta visitante, que reaccionaba a tiempo para desviar a córner. Eran unos minutos de auténtico agobio unionista sobre el portal sevillista, aunque sin consecuencias de cara al electrónico.
Al igual que en el primer acto, pasado el ecuador del segundo, el Sevilla Atlético comenzaba a estirar sus líneas. Álvaro respondía con una gran intervención al saque de un libre directo botado por Juan Muñoz.
A falta de diez minutos para la conclusión, en una buena acción individual, Carlos Fernández se plantaba ante Álvaro tras regatear a varios defensores, pero el disparo del sevillista se marchaba fuera después de golpear en un defensor. Tras el correspondiente saque desde el banderín de córner, la pelota llegaba a Cotán, quien disparaba raso y ajustado a la cepa del palo derecho del portal melillense márchándose la pelota fuera por muy poco.
Los equipos ajustaron sus líneas para no dejar escapar al menos el punto que tenían en el bolsillo, y ya apenas inquietaron la portería adversaria, aunque Guille Roldán enviaba el cuero al fondo de la red en una jugada en la que el asistente levantaba el banderín señalando fuera de juego del centrocampista cordobés en las filas azulinas.
No hubo tiempo para más, el sueño del playoff se desvaneció, pero los aficionados supieron reconocer el esfuerzo de los jugadores despidiendo al equipo con aplausos sin conocer aún su clasificación para el torneo del KO.