El candidato de IU-UP ejerce su derecho al sufragio en el Reina Victoria Eugenia, donde hubo colas.
“El día está muy tranquilo. Ojalá todas las elecciones fueran así”. Un grupo de cuatro agentes del Cuerpo Nacional de Policía celebraba que todo transcurriera con normalidad en el Centro de Formación Profesional Reina Victoria Eugenia, uno de los 22 colegios electorales habilitados para los comicios de ayer.
En ese centro le correspondió votar a Rosendo Quero, candidato por Melilla de Izquierda Unida-Unidad Popular al Congreso de los Diputados.
“La abstención también vota y se llevan esos votos los partidos mayoritarios”, afirmaba Quero después de depositar sus papeletas para Congreso y Senado en las urnas correspondientes.
Lo hizo sobre las 13:30 horas, después de acompañar a Silvia Muñoz, candidata al Senado, a una mesa del Colegio Pedro de Estopiñán, donde le esperaba la urna.
La proclama de Quero a favor de la participación en las elecciones no cayó en saco roto. Al menos en el Reina Victoria Eugenia, donde en varias mesas los ciudadanos hicieron cola, aunque brevemente, para ejercer su derecho al sufragio.
Votantes veteranos
Entre las personas que acudieron a votar al Reina Victoria Eugenica, los había de todas las edades. Algunos, con experiencia sobrada en citas electorales.
Nació en 1919. Votó en las primeras elecciones democráticas tras el franquismo, las de 1977, y desde entonces no ha fallado.
Se llama Carmen Amaya, igual que la bailaora flamenca, y a sus 96 años tiene una lucidez envidiable. La acompañaban su hija y su hijo, que empujaba la silla de ruedas en la que se desplazaba.
“No puede andar, pero de cabeza está perfectamente”, señalaba su hija a El Faro. Carmen, pese a contar con casi un siglo de existencia, no quiere recurrir al voto por correo. “A ella lo que le gusta es venir al colegio a votar”, manifiesta la hija de la veterana votante.
La gente seguía haciendo cola para votar en el Reina Victoria Eugenia. Nos acercamos a las dos de la tarde. Un apoderado de Ciudadanos relataba a este periódico que “toda la mañana” había acudido “mucha gente” a ejercer su derecho al voto.
Una mujer embarazada llega ante la urna después de haber permanecido unos minutos en la cola. Después lo hace otra joven con su bebé en brazos. Y antes lo había hecho una pareja con su hija pequeña, que fue la encargada de introducir las papeletas en las urnas.
Hablando de papeletas, en otros dos colegios, IU-UP paró las votaciones debido a que en algunas mesas se habían acabado las correspondientes a su partido.
Rosendo Queró indicó a El Faro que sobre las 11:00 horas tuvo que desplazarse al colegio Anselmo Pardo para reclamar más papeletas. “Se paró la votación durante 15 o 20 minutos, hasta que trajeron otras que había en un paquete que encontraron”.
Por la tarde, en el colegio Constitución, sucedió lo mismo en la mesa 11-B. Sobre las 17:40 horas, Quero recibió un mensaje de un votante avisándole de que había usado la “última papeleta de IU que quedaba”. El dirigente del partido se desplazó también a ese colegio y no se marchó hasta que los responsables de la mesa trajeron más papeletas del partido.