El jefe del Ejecutivo local, Juan José Imbroda, reseñó ayer que Suárez fue el primer presidente que visitó Melilla. “Se habla mucho del amor de Franco por esta ciudad, pero eso se quedó en sus campañas en África.
Aquí en Melilla, en los 40 años de franquismo, apenas se movió un ladrillo. No se apostó por ella decididamente. Por eso, cuando llegó la democracia, lo hizo acompañada por la esperanza”, apuntó Imbroda.
La visita de Suárez se produjo en 1980, siendo recibido “por miles de personas”. El presidente autonómico, en aquel entonces de la Unión del Centro Democrático (UCD) destacó que el ex mandatario pasó en aquel viaje por el acuartelamiento de La Legión, en un balneario de San Lorenzo, en el Parador y en el Cuartel de Santiago, donde estuvo en su juventud durante la milicia universitaria. También se reunió con los principales dirigentes políticos, económicos, ideológicos y religiosos de una Melilla que daba sus primeros pasos en el nuevo sistema político de España. “Tuvo el coraje y la raza política de apoyar a esta ciudad”, agradeció el presidente autonómico.
Como anécdotas de su paso por la ciudad, Imbroda señaló que era un hombre “que apenas comía” y que se alimentaba a base de tortillas a la francesa y de muchos cafés a causa de su apretada agenda de trabajo. “No entiendo cómo aguantaba tanto”, afirmó. Además, recalcó que su viaje a Melilla se hizo “sobre la marcha”.
Otra historia para el recuerdo es el que ex presidente tuvo ocasión de saludar a la novia que había tenido en Melilla durante los seis meses que estuvo en la milicia universitaria. Además, Suárez preguntó y se interesó por localizar a la señora que durante su estancia en la ciudad le había lavado la ropa. “Venía de un viaje diplomático en Portugal. Llegó y no comió más que tortillas a la francesa y una infinidad de cafés”, detalló Imbroda.
“Mostró una gran cercanía y cariño a los melillenses. Se parecía un poco al Rey Juan Carlos I en ese aspecto. Hablabas con él una vez y parecía que lo conocías de toda la vida”, aseguró el jefe del Ejecutivo local. “Te hacía partícipe en todo lo que pensaba”.
La defensa de Melilla
Asimismo, el presidente autonómico señaló que Suárez, en una reunión con el Rey de Marruecos, le aseguró al monarca alautia que defendería Melilla y Ceuta de sus pretensiones anexionista, incluso por las armas. “Hay que tener en cuenta lo delicado de aquella época. En 1975 había tenido lugar la Marcha Verde, se apagaba un régimen y emergía uno nuevo. Los que vivimos aquellos tiempos, no sabíamos a dónde iba España”.
Por ello, Imbroda recalcó que la visita de Suárez a Melilla supuso “una gran transmisión de confianza” , puso vino a afianzar la españolidad de la ciudad. “Para nosotros, fue una pieza fundamental”, concluyó.