Nuevamente los sirios residentes en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) han vuelto a manifestarse en la Plaza de España.
Ya lo intentaron el miércoles por la noche hasta que fueron interceptados por la Policía Local y Nacional casi en el centro de la ciudad. Independientemente de que la hora escogida por estos ciudadanos fuera intempestiva, no es equiparable a la tempestad con la que tienen que lidiar cada día en el propio CETI.
A la hartura que aseguran que sienten por la demora en su deseado traslado a la península, se suman las condiciones de dudosa calidad en las instalaciones del CETI.
Con sus teléfonos móviles plasman el monótono día a día que viven y constatan lo que para el resto de los mortales es inaccesible: El estado de las instalaciones del CETI.
Varios jóvenes sirios mostraron en la noche del miércoles a El Faro las fotografías y videos del comedor y de las habitaciones tomadas con sus terminales telefónicos. Las mesas del comedor están plagadas de los restos del anterior comensal y aún así tienen que sentarse si quieren llevarse algo a la boca.
En los módulos de las habitaciones, las literas están apiladas de tal manera que entre ellas apenas puede pasar una persona. La cama superior casi 'pega' contra el techo, lo que, para 'suerte' del que duerma allí, hace que se sienta 'enclaustrado'. Pero los ciudadanos sirios se sienten así no solamente en el populoso dormitorio.
Para ellos, Melilla es una 'jaula' de la que creen que no pueden salir.
Ansían llegar a la península, a Europa. Pero las autoridades no les informan ni les aclaran cuándo se efectuará su traslado ni por qué se retrasa tanto.
En muchos casos pasan meses en el CETI, tras un largo y peligroso viaje desde Siria, donde vieron sus vidas truncadas por la guerra. Semana a semana ven a familias enteras partir de la ciudad, mientras ellos siguen esperando.
El 'silencio' de la Administración les consume la paciencia. Aseguraron a El Faro que ni la Policía ni nadie les informa de por qué siguen en Melilla 'enclaustrados'. Por eso, el miércoles por la noche intentaron llegar a la Plaza de España para, pacíficamente, reclamar su viaje a la península. Ayer volvieron a concentrarse, bajo la atenta y vigilante mirada de la Policía.
No es la primera vez que los sirios que llegan a Melilla se concentran en la Plaza de España. Lo hacen cada cierto tiempo. A veces son los mismos y a veces son el 'relevo' de los anteriores.
La Administración no debe seguir guardando 'silencio' ante una problemática repetitiva. Debe actuar y ser más ágil. No solamente para intentar evitar que los inmigrantes hagan de la Plaza de España un punto fijo de protesta sino también para desahogar las instalaciones del CETI.
Al menos, ya tienen dos motivos para implicarse algo más porque hasta ahora, el silencio no ha sido ni está siendo la solución.