La trágica historia de Giséle Pelicot ya ha dado la vuelta al mundo. Con valentía y entereza, esta víctima de violencia sexual se enfrenta a sus agresores en un juicio mediático. Su exmarido y otros cincuenta hombres son juzgados por haberla violado bajo los efectos de ansiolíticos.
Dominique Pelicot estuvo drogando a su mujer durante casi una década. La ofreció a decenas de hombres, que la violaron mientras estaba inconsciente. El juicio al que se enfrenta estos días está ocupando los titulares de todo el mundo. Lejos de esconderse, su esposa, Gisèle Pelicot, se ha plantado ante las cámaras para lanzar un mensaje a todas las víctimas de violencia sexual en todo el mundo: “No estáis solas”. La mujer ha agradecido todas las muestras de apoyo, que la han ayudado para afrontar con fuerza esta lucha.
El caso de esta mujer francesa, sin embargo, no es el único. Son muchas las víctimas de violencia sexual en el país y en el resto del mundo. Precisamente, la plataforma ciudadana Melilla Feminista se concentraba hace una semana a las puertas de Delegación del Gobierno y el Palacio de la Asamblea para mostrar su repulsa a los agresores y su apoyo a todas las mujeres víctimas.
Así lo han hecho también miles de personas en Francia, que se han manifestado contra la violencia sexual al grito de “la vergüenza debe cambiar de bando”.
Un caso clave
Para Laura Segura, jefa de la Unidad Contra la Violencia de Género de Melilla, un caso como el de Gisèle Pelicot, tan mediático y sonado, siempre marca un antes y un después en la violencia machista. Ya lo hicieron en España el asesinato de Ana Orantes a mano de su exmarido o la violación grupal de La Manada, que conmocionaron al país.
Al igual que estas mujeres, Gisèle Pelicot ha tenido el coraje de enfrentar a sus agresores, de ponerles cara, rompiendo su silencio. Eso, de por sí, supone un “cambio clave” en la violencia sexual, mostrando al mundo a sus agresores, que son quienes verdaderamente deben sentir vergüenza por lo que han hecho.
Por desgracia, Segura lamenta que en España se producen a diario casos de violencia sexual. Sin embargo, se “normalizan” y solo se ve la gravedad de estas situaciones cuando ocurre algo tan mediático como lo de Gisèle Pelicot. “La sociedad se conmueve y rechaza cualquier situación que tiene que ver con víctimas mortales y así debe ser, pero sí sigue habiendo una normalización y falta de conciencia de que en nuestro país, y en el resto de los países, se están produciendo casos de violencia de género”.
“Como sociedad tenemos todavía un largo camino por recorrer para tomar conciencia de que esta violencia es estructural, que afecta a las mujeres y que diariamente está haciendo mella y nos condena”.
Cambio en el paradigma
Haciendo referencia a los últimos datos “escalofriantes” del Ministerio de Igualdad, Laura Segura lamenta que, a día de hoy, en España se registren más de 190.000 denuncias por violencia de género al año y haya más de 144.00 mujeres que podrían estar en situación de prostitución, otra violencia sexual “normalizada” que necesita “respuestas claras” desde las políticas públicas.
“Mientras una sola mujer en nuestro país siga sufriendo violencia de género, sea asesinada o víctima de violencia sexual, tenemos que analizar claramente hacia donde vamos como sociedad, si debemos cambiar de paradigma desde todos los espacios y cuáles son los mensajes que estamos lanzando diariamente y estamos normalizando”, indicó.
Por este motivo, cree que el caso de Gisèle Pelicot, que está siendo tan sonado por sus terribles características y que está horrorizando a miles de personas, es “clave” para que se produzca ese cambio de paradigma que la sociedad necesita para seguir avanzando.