Imbroda recalcó que con las obras se ha conseguido incorporar al panorama urbano una parte del puerto que anteriormente estaba habilitada únicamente para la llegada de barcas de pesca. Ahora, ofrece a los melillenses una zona de esparcimiento a la que se puede llegar andando desde el paseo marítimo Franciso Mir Berlanga, como hacen muchos deportistas a diario.
Asimismo, se ha mejorado el aspecto del lugar con la instalación de un nuevo acerado, bancos, pérgolas para proteger a los caminantes de los rayos del sol y una suerte de grada a orillas del mar, que sustituye a la rampa de embarcaciones, para sentarse a disfrutar de las vistas. De igual modo, se ha rehabilitado la reja exterior, que ofrecía un aspecto deteriorado. En la mañana de ayer, los obreros le estaban dando la última mano de pintura.
De forma complementaria, se han instalado nuevas farolas, se han retirado todas las piezas en mal estado y se ha colocado un pavimento totalmente renovado y con adoquines prefabricados de colores.
Raíles al descubierto
Otro aspecto importante de la obra es que se han recuperado los raíles del tren del mineral que pasaba por el lugar para la carga y descarga de mercancías a pie de puerto. “Hemos ganado un paseo para la ciudad”, subrayó Imbroda. “A buen seguro será muy visitado”. Además, apuntó que esta actuación era una vieja aspiración suya, por lo que dio las gracias a los dirigentes de la Autoridad Portuaria de Melilla por la realización de la obra. “Han hecho un gran proyecto”, añadió.
Además, el jefe del Ejecutivo autonómico recalcó que esta actuación supone un primer paso para dar un profundo lavado de cara al lugar y convertirlo, con el paso del tiempo, en una especie de puerto deportivo a pequeña escala. “Siempre he defendido que esta parte de la ciudad debía integrarse en el conjunto urbanístico del centro. El lugar ha quedado espléndido. A la obra le quedan un par de remates y estará completamente lista”, concluyó el presidente autonómico.
La realización de esta iniciativa ha conllevado un desembolso de 227.589 euros por parte del ente portuario. El 75% de la inversión fue aportada por la Unión Europea (UE). La adjudicataria de la obra fue Acciona Infraestructuras, quien presentó una oferta con la que rebajó el precio inicial de concesión en unos 50.000 euros.
Tras visitar la remozada dársena pesquera, el presidente Imbroda se desplazó a la zona donde se están instalando las pasarelas fijas que servirán de nexo entre las del Espigón y las de muelle Ribera II. Con esta actuación se conseguirá que los viajeros puedan embarcar en cualquier punto sin necesidad de salir al aire libre, como ocurre ahora a la hora de acceder al barco con destino a Motril. Así pues, con el fin de proteger a los pasajeros de las inclemencias del tiempo, se ha previsto la instalación de unas marquesinas construidas con paneles de chapa de acero galvanizado, que se apoyarán sobre correas metálicas. Además, se utilizarán vigas flotantes en el muelle del espigón para los carriles móviles del 'finger'.
Hay que recordar que para la realización de esta obra, la Autoridad Portuaria ha invertido 2,47 millones de euros, de los cuales la Unión Europea (UE) aportó el 75%. El presidente Imbroda recalcó que se trata de una actuación ideal para ofrecer un mejor servicio a los usuarios de la Estación Marítima. “Era algo que hacía falta”, defendió. Por último, aseguró que el proyecto estará completamente acabado para el arranque de la Operación Paso del Estrecho (OPE).