Se trata de personas que presentan una enfermedad crónica, es decir, para toda la vida y es muy agotador cumplir con la dieta estricta y no saltarse la medicación.
La diálisis es un tratamiento en el que se hace una depuración o eliminación de las sustancias nocivas del cuerpo del paciente con una técnica extracorpórea, ya que los riñones no cumplen con esta función vital para esta persona. Este tratamiento sustituye a la función de los riñones, que es eliminar todas las sustancias de deshecho que tiene el organismo. Uno de los principales problemas que tienen los sanitarios con estos pacientes es que “son muy incumplidores”, según explicó la coordinadora de Enfermería del área de Diálisis del Comarcal, Liliana Maldonado López. “Son pacientes muy especiales que precisan de un cuidado personal, pero muchos no cumplen con su dieta ni con este tratamiento”. Así, destacó que son personas con una dieta estricta para toda la vida, con horarios muy marcados y con un sistema de vida marcado por la enfermedad.
Otra de las funciones de los riñones es la segregación de hormonas, que tienen que ser inyectadas en los pacientes para que su organismo funcione de forma normal.
Los pacientes en Melilla
En Melilla se practican dos tipos de técnicas en diálisis, la hemodiálisis y la peritoneal. La primera utiliza una membrana que está fuera del cuerpo, es decir, en una máquina, pero en la segunda es el perineo el que actúa como ese filtro. No todos los pacientes pueden recibir la peritoneal por las características de su enfermedad, y aunque que se puede realizar en casa, se precisa de mucha responsabilidad por parte del paciente. Ventajas e inconvenientes tienen las dos técnicas, y siempre es el paciente el que decide, si es apto para ello, cuál de las dos escoge.
El coordinador de la unidad de Diálisis, Paco León, indicó que el número de pacientes que hay actualmente recibiendo tratamiento en esta área es de 58. El número de puestos es de catorce, siendo doce para enfermos crónicos, otro para los enfermos agudos y el último destinado para personas con patologías infecciosas, como la hepatitis B.
Alrededor de un 60% de los enfermos que reciben diálisis son diabéticos, el 30% son pacientes vasculares y el resto presentan causas varias. Si una persona se cuida la diabetes o la hipertensión se ralentiza mucho la entrada en diálisis, y en caso contrario, el paciente puede acabar en pocos meses o años en esta unidad del Comarcal.
León comentó que las máquinas de diálisis son nuevas y actualmente se están cambiando los sillones. A todo esto hay que añadir la instalación recientemente de un programa informático que facilita el seguimiento de estas personas. También destacó el trabajo que realizan los tres nefrólogos, las enfermeras, las auxiliares de enfermería y los celadores en esta unidad.
El papel de Enfermería
La coordinadora de Enfermería de esta área de Diálisis, Liliana Maldonado López, destacó el papel de este grupo de profesionales, ya que son las que realizan la asistencia a los pacientes. Cada una de ellas se encarga como máximo de cuatro pacientes a la vez aunque se dividen en turnos de mañana, tarde y noche.
Son las enfermeras las que limpian, controlan y meten la medicación en las máquinas de hemodiálisis y para ocuparse de estos trabajos es necesario recibir una formación muy específica de unos dos meses como mínimo.
A diario, una enfermera cuando llega a esta área revisa el expediente de los pacientes, a los que siempre se les controla el peso antes de entrar a la sesión y cuando van a salir, monta las máquinas y preparan la medicación. Todos esos pasos son imprescindibles para estas personas que dependen de este tratamiento. Durante las cuatro horas que dura esta ‘limpieza’ la enfermera está pendiente por si algún problema, pero también se fijan en el entorno de los enfermos que reciben hemodiálisis.
En los primeros días de hemodiálisis de una persona la enfermera está al pendiente en todo momento y cuenta con la asistencia personalizada de esta sanitario durante todo el tiempo de este tratamiento.
Maldonado López explicó que deben saber si el paciente se toma la medicación, si continúa la dieta en casa, que es uno de los elementos que hace que esté mejor y otros aspectos de la vida social de esta persona.
El papel de la enfermera es fundamental, según indicó el nefrólogo José Luis Velasco González, pues destacó que son ellas las primeras que detectan si hay problemas en la hemodiálisis o si el enfermo tiene un problema social que está influyendo en su evolución.
“La enfermera tiene una relación personal con el paciente muy fuerte, ya que vienen a diálisis tres veces a la semana durante el resto de sus vidas”, apuntó Velasco Gonzáles. Así, Maldonado López destacó que acaban formando una gran familia.
Principales dificultades
La diálisis puede derivar en los mismos problemas que otros tratamientos destinados a las personas con enfermedades crónicas, como el cansancio mental que provoca que deje la diálisis o que no cumpla la dieta impuesta por el nefrólogo, ya que llegan a aburrirse de tener tantas restricciones, como por ejemplo, que sólo puedan beber un cantidad determinada de agua, aunque sea verano y se estén muriendo de la sed.
Otra de las variables que se debe tener en cuenta con estos pacientes es la fístula o el catéter a través del cuál se enganchan a la máquina de diálisis.
En este sentido, las enfermeras de esta unidad inventaron y diseñaron una pulsera para que los pacientes que reciben este tratamiento la lleven puesta en el brazo en el que tienen ‘esta llave’ y así evitar que en él se tome la tensión o se coja una vía si entra por urgencias.
Maldonado López apuntó que las fístulas se colocan fuera de Melilla, ya que se precisa de un cirujano vascular para esta intervención. De forma que si una fístula causa problemas se tiene que derivar al paciente al hospital de referencia.
La distancia y el aislamiento de Melilla del resto de España es otro de los elementos que implica dificultad en la tarea de este equipo sanitario, aunque sin duda, el Comarcal cuenta con grandes profesionales en este área sanitaria que no paran de trabajar y de incorporar mejoras en sus labores y en los procedimientos que realizan para los pacientes.
Cómo no duele, dejo la diálisis
Velasco González explicó que cuando se explica a un enfermo que va a recibir la diálisis es más sencillo que lo comprenda una persona joven, aunque también son los que más rebeldes son. Así, inició que al principio suelen cumplir, pero cuando se sienten mejor dejan el tratamiento.
Se trata de un grave error, ya que la enfermedad no presenta grandes dolores ni ningún efecto físico visible. Los pacientes se confían, pero al abandonar el tratamiento están empeorando su salud y perdiendo calidad de vida.
León explicó que el riñón no duele y que lo último que hace un enfermo renal es no poder ir al baño para hacer pipí. Los primeros síntomas son dolores de cabeza, axfisia, anemia o urea alta, por lo que es complicado que el paciente sea consciente de la gravedad de su patología.
Con las personas mayores el problema está en que no tengan a nadie en sus casas que se asegure de que toman la medicación y que en algunos casos, no comprenden el alcance de su enfermedad.
Otro de los datos que se destacaron desde el equipo de diálisis fue que los residentes de medida general estaban pasando por diferentes áreas del Comarcal para comprender el funcionamiento de éstas y saber las principales características de los pacientes que están derivados en cada departamento.
En el nuevo Hospital Universitario contarán con una unidad más grande, es decir, que habrá más puestos, lo que facilitará que se reduzcan los horarios de diálisis a la mañana y tarde eliminando el turno de noche y facilitando las guardias de todo el personal que trabaja en esta área del Comarcal.
Unidad de Enfermedad Renal Crónica Avanzada
Cuando un paciente puede llegar a necesitar la diálisis en un plazo de tiempo corto o medio, los nefrólogos le derivan a una consulta muy especializada y de reciente creación, como es Enfermedad Renal Crónica Avanzada (ERCA). Esta nueva herramienta se creó en el mes de octubre, ya que el número de pacientes en Nefrología es muy alto como para que los médicos destinen mucho tiempo con cada enfermo para explicarle de forma detallada su tratamiento y las consecuencias de no seguirlo.
Esta consulta apoya la labor del nefrólogo con los enfermos de diálisis, pues precisan de más atención de la que se pueda conseguir en una consulta normal.
En ERCA se hace seguimiento, cuidado y atención del paciente que va a entrar en un tratamiento sustitutivo renal. Esta consulta supone un nivel de excelencia para esta área del Comarcal.
El paciente llega más concienciado a hemodiálisis tras pasar por ERCA, incluso, se puede retrasar la entrada en diálisis del paciente si sigue los consejos de la dieta y realizando la enfermera un seguimiento específico.
Velasco Gonzáles destacó el trabajo de las tres enfermeras que pasan esta consulta, ya que han tenido que formarse especialmente para realizar esta labor.
Como es muy reciente, aún no tienen un horario fijo para esta consulta, pero se establecerá poco a poco y según los pacientes que sean derivados desde los nefrólogos.
Según el nivel de gravedad de la enfermedad se citará a esta persona a menudo o con espacios de tiempo más largos entre cada entrevista.
De esta forma, los pacientes melillenses reciben dos controles de expertos, la del nefrólogo y la consulta de Enfermería.