El elevado flujo de pasajeros no impidió que la labores de embarque de viajeros y vehículos se desarrollaran con normalidad. Los incidentes no pasaron de las lipotimias y de los nervios de aquéllos que llegaban tarde a coger el barco.
Melilla vivió en la jornada de ayer el primer día de la fase retorno de la Operación Paso del Estrecho (OPE), en la cual miles de viajeros procedentes de Marruecos vuelven a casa utilizando el puerto de la ciudad autónoma para enlazar con la península. El enclave local estaba preparado para afrontar con garantías de éxito el elevado flujo de pasajeros, por lo que el día se desarrolló sin incidentes remarcables, según pudo comprobar este periódico.
Pese a la aglomeración de personas en la Estación Marítima, las labores de embarque y desembarque de pasajeros y vehículos se desarrollaron sin problemas graves. No obstante, la cifra de viajeros era más elevada de lo normal, lo que provocó que los trabajadores del puerto de la ciudad autónoma tuvieran que emplearse a fondo para evitar esperas innecesarias.
Desde primera hora de la mañana, el puerto y sus alrededores se convirtieron en un ir y venir de personas en busca de la zona para sacar su tarjeta de embarque y de la cola para acceder con su vehículo al buque correspondiente.
Para esta labor, el enclave melillense contaba con el apoyo de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, Policía Local y Policía Portuaria. Esta última se encargó de asesorar a los conductores para que encontraran el acceso a la zona de embarque sin problemas. Al ser la mayor parte de los viajeros de origen magrebí, no les faltó trabajo a los traductores que operaban en la Estación Marítima.
Los que no tuvieron tanta carga laboral, por fortuna, fueron los miembros de Protección Civil y los voluntarios de la Cruz Roja, encargados de velar por la salud de los viajeros. Según los trabajadores con los que pudo hablar El Faro, apenas se produjeron incidentes reseñables, tan sólo algun mareo por el calor.
La zona en la que más ‘tensión’ se vivió dentro de la Estación Marítima fue la planta baja, donde se ubican las oficinas de la dos navieras: Acciona Trasmediterránea y Armas, en las que se recogen las tarjetas de embarque. La gran cifra de viajeros hizo que la situación se volviera un tanto caótica en ocasiones, pese a los esfuerzos de los trabajadores por mantener un mínimo de orden en la cola. A más de uno que llegaba tarde le pudieron los nervios, pero afortunadamente no hubo que lamentar ningún altercado.
Con más orden tuvo lugar el embarque de vehículos. Todos los buques que zarparon ayer rumbo a Málaga, Motril y Almería iban llenos, pero el tránsito de coches fue fluido en la medida de lo posible.
En declaraciones realizadas a este periódico, algunos de los trabajadores portuarios señalaron que los viajeros deberían llegar antes para embarcar, ya que muchos no aparecen en la Estación Marítima hasta el último momento, lo que provoca aglomeraciones innecesarias.
En términos generales, la primera jornada de la fase retorno, la cual estaba considerada como un día crítico para los puertos participantes en la OPE, se desarrolló sin problemas en el enclave melillense. El dispositivo continuará hasta el próximo 15 de septiembre. En vista de la elevada cifra de viajeros registrada durante la fase salida, mayor que la del 2011, es de esperar que la línea alcista se mantenga durante los próximos meses. Por el momento, la ciudad ha demostrado estar preparada para afrontar la OPE.
Los principales pasos fronterizos entre Melilla y Marruecos ofrecieron ayer una imagen poco usual en los últimos días: No había atasco alguno. El aspecto que presentaba el de Beni-Enzar, el que mayor tránsito de personas y vehículos registra a diario, era irreconocible después de varias semanas con retenciones que superaban de largo la zona del polígono del Sepes.
Bien es cierto que ayer no coincidieron varios desembarcos de vehículos a la misma hora, como ocurrió en los días de peores embotellamientos. No obstante, la imagen es clara muestra de que el tránsito de pasajeros se invierte y ahora es el paso en dirección a Melilla el que registra más complicaciones.
La ausencia de coches también fue la tónica del día en la frontera de Farhana, que en días pasados llegó a tener una cola de vehículos que rozaba la zona de Rostrogordo a lo largo de la carretera de Circunvalación.
No obstante, el pasado sábado, cuando sí hubo atascos, este periódico consultó a varios agentes de Policía Local que operaban en Beni Enzar, los cuales señalaron que las retenciones continuarían algunos días pese al comienzo de la fase retorno.
Así pues, si alguien tiene intención de viajar al país vecino en los próximos días, lo recomendable es hacerlo a una hora que no coincida con la llegada de ninguno de los barcos al puerto de la ciudad autónoma. Por lo visto ayer, parece que los problemas en la frontera comienzan a resolverse.