El presidente de Melilla, Juan José Imbroda, ha desmentido de manera contundente las recientes informaciones que sugieren una supuesta preocupación en la ciudad autónoma por una posible "marcha verde" promovida por Marruecos. Según sus declaraciones, el debate mediático en torno a esta posible amenaza es un "invento" sin fundamento en la realidad local.
"Yo soy el presidente de la ciudad y no estoy nada preocupado, nada. He hablado con mis compañeros y a ninguno le he oído mencionar preocupación por una marcha verde, ni en los bares, ni en los restaurantes, ni con la gente en general," afirmó Imbroda, desmintiendo así las especulaciones difundidas por algunos medios nacionales.
Las declaraciones llegan en un momento de tensión geopolítica tras la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, que podría reforzar su histórica alianza con Marruecos. Según un informe de El Español, este nuevo escenario podría avivar los temores sobre una hipotética ofensiva diplomática o territorial sobre las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, similar a la marcha verde de 1975 que condujo a la ocupación del Sáhara Occidental por parte de Marruecos.
Las verdaderas prioridades
Imbroda ha querido centrar la atención en los desafíos internos que enfrenta Melilla, criticando que los rumores de una posible marcha verde desvían la atención de los verdaderos problemas de la ciudad. Según el presidente, las preocupaciones reales tienen que ver con la gestión económica, la necesidad de que el Gobierno de España preste mayor atención a las necesidades locales y la reapertura de la frontera con Marruecos, que ha afectado gravemente a la economía de la ciudad tras su cierre en 2018.
"Nos preocupa que el Gobierno nacional realmente haga caso a Melilla, que abra la frontera y atienda nuestras preocupaciones diarias, que tienen más que ver con la economía local que con amenazas externas irreales," enfatizó Imbroda.
Importancia estratégica
El debate sobre la supuesta amenaza marroquí también ha reavivado la discusión sobre la protección internacional de las ciudades autónomas. Según un análisis de El Faro de Melilla, tanto Ceuta como Melilla ocupan un papel clave en el flanco sur de la OTAN. Sin embargo, existe un vacío legal en torno a si estas ciudades estarían protegidas bajo el Artículo 5 del tratado de la Alianza Atlántica, que estipula la defensa colectiva en caso de ataque a uno de sus miembros.
Este vacío ha generado preocupación entre algunos analistas y sectores políticos, que temen que la ambigüedad estratégica pueda ser explotada por Marruecos en el futuro. A pesar de ello, Imbroda insiste en que la situación actual de seguridad en Melilla es estable y que no existe ninguna amenaza inminente.
El papel de Estados Unidos
Las recientes especulaciones sobre una supuesta presión marroquí también se relacionan con el giro diplomático de Estados Unidos hacia Marruecos bajo la administración Trump. En 2020, la Casa Blanca reconoció la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental a cambio de la normalización de las relaciones diplomáticas entre Marruecos e Israel.
Ahora, con la vuelta de Trump a la presidencia de EEUU, algunos analistas temen que esta relación bilateral se profundice, lo que podría traducirse en un respaldo más fuerte a las aspiraciones territoriales de Marruecos. Según El Español, esta posibilidad ha generado inquietud en ciertos sectores políticos y estratégicos españoles.
No obstante, Imbroda minimiza estos temores: "En Melilla observamos lo que ocurre en la política internacional, pero para nada estamos preocupados por eso," aseguró el presidente.
Por el momento, el máximo representante de Melilla insiste en que la ciudad no enfrenta ninguna amenaza tangible por parte de Marruecos y que las prioridades de su Gobierno se centran en resolver los problemas económicos y administrativos internos.
"Ya está bien de inventos. En Melilla no estamos preocupados por marchas verdes, sino por resolver nuestras preocupaciones diarias y lograr que el Gobierno de España atienda de verdad nuestras necesidades," concluyó Imbroda.
Mientras tanto, la situación geopolítica sigue en observación, con la mirada puesta en las futuras relaciones internacionales entre Estados Unidos, Marruecos y España, así como en el papel que la OTAN podría desempeñar en la defensa de Ceuta y Melilla en caso de un conflicto futuro.