Ayer se dio a conocer la nueva EPA o Encuesta de Población Activa que, inusitadamente, en Melilla arroja un número de desempleados inferior al que registran las listas de inscritos como parados en el Servicio provincial de Empleo Público. No obstante, con menos diferencia esta vez que en otras mediciones anteriores, y un porcentaje total de parados del 23,8, muy similar al 24% de paro de las cifras de desempleo del SPEE de septiembre pasado.
La última EPA refleja la situación de desastre económico que vivimos en España y que ha convertido en insufrible el paro endémico de nuestra ciudad.
Frisamos los cinco millones de desempleados en España, retornando así a la dramática cifra del año 96, cuando el PSOE volvió a perder el Gobierno de la Nación, y contabilizamos unos 11.000 parados que, ahora, con las contrataciones de los nuevos Planes de Empleo, se reducirán en unos mil. Sin embargo, como decía tras la Cumbre con Ceuta el presidente Imbroda, el paro en Melilla se rige por otras causas, se ha disparado con la crisis económica pero no se resolverá al par que el país salga de la crisis si no se toman medidas específicas y urgentes de apoyo a nuestra ciudad.
El anhelo es justo pero difícil en el contexto en el que nos movemos. Por eso, los compromisos del Partido Popular, tan rotundos y constantes, no pueden ser nunca meras promesas al viento. No lo han sido hasta ahora, pero deben cumplirse sin flecos pendientes en la próxima legislatura, si se cumplen los vaticinios electorales, a pesar del difícil y angustioso contexto nacional.