La ralentización del mercado inmobiliario en toda España empezó a notarse en Melilla desde el año pasado. El sector local se ha resentido con la subida de los tipos de interés, el encarecimiento de las materias primas, la dificultad para acceder a préstamos bancarios y el aumento del precio del metro cuadrado, sumado a la inseguridad jurídica que ha generado el debate en torno al futuro de las relaciones bilaterales entre España y Marruecos y la inflación que ha empobrecido a las familias españolas y a las melillenses en particular.
En ese contexto convulso podríamos encontrar los motivos por los que en 2022 se vendieron en Melilla 40 inmuebles menos que en 2021, un año, todo hay que decirlo, que estuvo marcado por la pandemia del coronovirus y por le hecho de que gran parte de los españoles decidieron cambiar o hacer reformas en sus casas para prepararse por si había más confinamientos.
La caída en la venta de casas en Melilla no es una cifra alarmante, pero obviamente apunta al enfriamiento de un sector inmobiliario que lleva años tensionado en nuestra ciudad ya que aquí la que la escasez de terreno para construir afecta directamente a la oferta de vivienda nueva que se puede poner en el mercado. Otro factor más que dispara el precio de los pisos.
Aún así, la demanda no decae y las zonas más reclamadas siguen siendo el Paseo Marítimo, con los precios más altos porque, como ocurre por regla general en gran parte del mundo, vivir con vistas al mar o en las inmediaciones de la playa tiene su precio.
Le siguen el centro de Melilla, que ha vivido un auténtico revulsivo en el último año. No sólo es hoy más moderno sino que, además, ha ganado un plus que no tenía con las actividades infantiles y culturales que se organizan los fines de semana en la zona y que atraen no solo a compradores sinjo que aportan más seguridad y más vida a una zona que se nos moría en los brazos.
Además, la peatonalización devuelve el centro al concepto de barrio que había perdido asfixiado por el incremento del tráfico rodado.
Llama la atención que las otras dos zonas con mayor aumento del precio del metro cuadrado sea Alfonso XIII.
En definitiva, el mercado inmobiliario se ralentiza pero mantiene las constantes vitales. Melilla sigue teniendo su atractivo.