El secretario de la Unión por el Mediterráneo dice que las políticas no deben limitarse a problemáticas con connotaciones negativas, como la inmigración
El secretario general de la Unión por el Mediterráneo (UpM), el marroquí Fathallah Sijilmassi, apuesta por que los países del norte y el sur de la cuenca mediterránea confluyan en un diálogo que les permita extraer rendimiento mutuo. “El Mediterráneo no es una frontera, es una oportunidad”, diga Sijilmassi, que reivindica que las políticas de la región mediterránea no deben limitarse a problemáticas con connotaciones negativas, como la inmigración ilegal o el radicalismo.
En ese sentido, el político marroquí señala que “un ejemplo son las oportunidades económicas que existen hoy por hoy en el África subsahariana”, y así subraya el dirigente que las opciones de inversión del norte del Mediterráneo ofrecen “posibilidades de crecimiento y de empleo”. “Hace falta crear esa visión positiva que promueva la centralidad en el Mediterráneo”, añade.
El yihadismo
A propósito del yihadismo, un asunto que afecta a ambos lados de ese mar y que ha vuelto a centrar las preocupaciones de los líderes de la región tras los atentados de París en enero y el aumento de combatientes extranjeros, Sijilmassi subraya que ese asunto no puede atajarse sin prestar atención al desarrollo de la región sur y al acercamiento cultural entre ambas orillas.
“Debemos asegurarnos de que las cuestiones de seguridad se traten desde un enfoque global y equilibrado que incluya la dimensión del desarrollo. A largo plazo solo se puede solucionar por esa vía”, afirma el secretario general de la UpM.
“También existe la necesidad de acompañar todo con un diálogo cultural”, apunta Sijilmassi, que afirma que hay falta de comprensión y desconocimiento en ambos lados. “Hace falta combatir todos los radicalismos, combatir la xenofobia, la islamofobia, el antisemitismo y todo lo negativo”, añade.
Foro mediterráneo
La inmigración y los radicalismos serán temas centrales del foro mediterráneo que se celebrará en Barcelona el próximo 13 de abril, organizado por España y Letonia, junto a la Comisión Europea.
A esa reunión asistirán ministros de Asuntos Exteriores y representantes de los países de la Unión Europea (UE), y de los invitados, que son Argel, Marruecos, Túnez, Israel, Palestina, Líbano, Jordania y Egipto.
La reunión estará presidida por el ministro español de Exteriores, José Manuel García-Margallo, y la alta representante de la UE, Federica Mogherini, con quien esta semana Sijilmassi analizó el futuro de la política de vecindad, coincidiendo con la sesión plenaria de febrero del Parlamento Europeo en Estrasburgo, en Francia. Para el secretario general de la UpM, solo la celebración del foro de Barcelona es ya “algo positivo”.
Pronostica que la cita será “una oportunidad para que se escuche la voz del sur, para ayudar al diálogo y para dar más espacio de interconexión a los espacios de la agenda común” entre ambos lados del Mediterráneo.
Unión del Mediterráeno
Sijilmassi recuerda que a menudo se enfrenta a la misma pregunta en las entrevistas: ¿Para qué sirve la Unión por el Mediterráneo?, de cuya semilla, el llamado proyecto de Barcelona, se cumplen en este 2015 veinte años de existencia. Su secretario general explica que se trata de un observatorio privilegiado de la escena regional donde mantener debates sobre los grandes asuntos y hacer emerger iniciativas.
“Todas nuestras acciones se dirigen a la creación de empleo, la lucha contra el cambio climático, la promoción del papel de la mujer, la educación, la movilidad y, más allá, la estabilidad socioeconómica, con la que responder a extremismos que nacen de la pobreza, la precariedad y la ignorancia”, explica.
Sijilmassi, doctorado en Economía en la Universidad de Grenoble, en Francia, fue entre 2004 y 2008 embajador de Marruecos en París y después fue nombrado director de la Agencia de Inversión y Desarrollo de Marruecos.