Se prevé que menos de un centenar de musulmanes utilice estas instalaciones, pues se mantiene la costumbre de realizar el ritual en patios y azoteas. Hoy el matadero volverá a abrir sus puertas a partir de las 09:00 horas.
El Matadero Municipal abrió ayer sus puertas en balde. A pesar de que ayer en la península y en varios países musulmanes se celebró la Fiesta del Sacrificio, en Melilla la comunidad musulmana cumplirá con el ritual en la jornada de hoy, igual que en Marruecos. No obstante, la Consejería de Bienestar Social dispuso que estas instalaciones estuvieran preparadas los dos días, debido a la disparidad de fechas sobre la festividad este año. Hoy, el Matadero sí tendrá clientes, pero no serán muchos. Se calcula que menos de un centenar de melillenses utilizará las instalaciones para realizar el sacrificio del borrego. El año pasado únicamente las utilizaron 75 familias musulmanas, a pesar der que más de 5.200 animales cruzaron la frontera.
Durante toda la mañana de ayer las mesas y utensilios para el sacrificio se quedaron apilados en un rincón. El personal del Matadero únicamente pudo dedicarse a repasar las instalaciones y asegurar su limpieza para la jornada de hoy. La posibilidad de que llegara algún cliente era mínima y finalmente la espera en vano, pues como ya se preveía los melillenses celebrarán hoy la Pascua Grande.
A partir de las 09:00 horas, el Matadero volverá hoy a abrir sus puertas y allí la plantilla, formada por 16 personas, recogerá los corderos de cada familia y el matarife oficial, una persona autorizada expresamente por la comunidad musulmana melillense para realizar el ritual, procederá a los sacrificios.
A cada borrego se le asigna un número para que cada familia identifique su pieza una vez sacrificado y limpiado. De los establos del matadero, cada animal pasará por un pasillo que le llevará a la sala donde le espera el matarife para proceder al sacrificio, consistente en colocar la cabeza del cordero mirando en dirección a La Meca y seccionarle la yugular.
El ritual más “cómodo”
Los responsables de las instalaciones explicaron a El Faro que en el caso de que el cabeza de familia o propietario del animal quiera realizar el ritual él mismo, podrá hacerlo sin problema. Únicamente tendrá que vestirse con las protecciones reglamentarias del Matadero para acceder al interior.
Una vez que el animal es sacrificado, los profesionales se encargarán de quitarle el pellejo y las tripas. Un veterinario decidirá las partes que podrá llevarse el cliente. Según explicaron a este diario, generalmente se entrega el cordero entero, el hígado, los riñones y el corazón. Sin embargo, si el veterinario considera que alguna de estas vísceras no tiene buen aspecto por la razón que sea, se desechan.
Se trata de una manera más cómoda de realizar el sacrificio del borrego, sin embargo, es una fórmula que pocos melillenses utilizan. Por regla general, los musulmanes de la ciudad cumplen con el ritual en los patios o las azoteas de sus viviendas. Los que viven en pisos recurren al Matadero a no ser que algún familiar o amigo les guarde el borrego hasta el día de la fiesta y le preste su vivienda para sacrificar al animal, según explicó ayer a este diario el viceconsejero de Bienestar Social, Hassan Driss, quien visitó el Matadero para supervisar las instalaciones.
Driss confirmó que dado que no acudió ningún musulmán a sacrificar a su cordero en el Matadero, el matarife se fue a su casa. Así lo hizo también el resto del personal, tras la visita del viceconsejero, para estar preparados hoy, nuevamente, a la llegada de los borregos.
El viceconsejero subrayó que esta fiesta es meramente familiar, de ahí, que los sacrificios se realicen en las viviendas en presencia de toda la familia. Se inician, pues, en el día de hoy tres jornadas de celebración.
La Pascua Grande comenzará con el tradicional rezo colectivo
En torno a las 09:00 horas de la mañana, la explanada frente al cuartel del Tercio Gran Capitán acogerá a centenares de musulmanes melillenses para celebrar el tradicional rezo colectivo que da el pistoletazo de salida a la celebración de la Fiesta del Sacrificio.
El imán que dirige el rezo establecerá la hora a partir de la cual se podrá proceder al sacrificio de los borregos, generalmente a las 10:00 horas.
El matarife o el cabeza de familia coloca al cordero mirando a La Meca y con un cuchillo le secciona la yugular. Una vez el animal ha fallecido, se quema la cabeza y se extraen las vísceras, pues éste será el menú del primer día de los tres de la Pascua Grande musulmana. Con este ritual se recuerda el sacrificio que realizó Abraham con uno de sus hijos. Dios le pidió que así lo hiciera, pero en el último momento la intervención divina impidió que Abraham matara a su hijo y en su lugar, Dios le proporcionó un cordero. Desde entonces, la comunidad musulmana repite este pasaje al considerarlo el mayor acto de fe y amor a Dios.