Este mediodía se han puesto a la venta las entradas de los conciertos de la feria de forma presencial. Entre todos los artistas invitados, ha habido uno que ha sobresalido y que casi ha agotado todas las entradas físicas en algo más de diez minutos, el Maka. Este artista también consiguió poner el cartel de completo en las entradas que se vendieron de forma online.
A la vista del éxito de la venta de entradas, la consejera de Educación, Cultura, Festejos e Igualdad, Elena Fernández Treviño, ha anunciado que el Maka volverá a actuar en la ciudad, en una fecha aún por determinar y con un aforo superior.
Muchos jóvenes melillenses llevaban horas entanados a las puertas de la Caseta Oficial de la Feria para poder conseguir las tan ansiadas entradas. Con sillas, mesas, cachimbas, música y comida, hacían una especie de moraga por grupos. Algunos de ellos explicaban a este diario que se lo habían pasado muy bien en la cola, pese a llevar algunos más de 16 horas esperando.
A las 10 de la mañana, cuando faltaban casi dos horas para la apertura de la taquilla, la cola casi llegaba al puente y la Policía Nacional tuvo que vallar la zona, así que todo el mundo tuvo que quitar las sillas y mesas y esperar de pie el tiempo que faltaba.
Sin duda, el artista granadino ha levantado pasiones entre algunos melillenses, que incluso comenzaron a hacer cola ayer a las 6 de la tarde. El Faro ha hablado con varios de estos jóvenes para comprobar qué tiene el Maka para hacer que merezca la pena pasar tantas horas de espera para poder verlo actuar.
"Llevo aquí desde las 8 de la tarde de ayer", comentó Laura. Esta melillense acudió con toda su ilusión a hacer cola para no quedarse sin su entrada aunque consideró que no le mereció la pena. "Ahora mismo no, son muy brutos y no respetan el orden de cola para nada", se quejó esta joven. "Han llegado a las 8 de la mañana y se ha colado todo el mundo", añadió.
Cuando ella llegó al recinto ferial este miércoles, solo había ocho personas esperando, dijo Laura, y a dos horas del comienzo de la venta de entradas tenía más de 50 personas delante.
Otra persona que llevaba en la cola desde el día anterior es Estefanía. "Visto lo visto no merece la pena", reconoció esta melillense. Ella llegó este miércoles a las cinco de la tarde. No tenía casi nadie delante de ella, comentó, y esta mañana estaba mucho más hacia atrás. "La gente llega a las 8 o 9 las nueve y todo el mundo para delante", se quejó.
"Despiértate, levántate pronto y coge tu sitio", añadió esta melillense. Para ella el problema es que muchos han aprovechado que conocían a gente para colocarse con ellos, por lo que la cola por el principio se ha hecho mucho más grande. "No hay orden, no hay nada", dijo.
Jóvenes como ella se quejaban de la mala organización de la cola, en la que según, no solo ella, sino otras personas allí presentes, no había personal de seguridad desde que comenzó a formarse en el día de ayer. "Nada, nada, cero", comentó Estefanía refiriéndose a que no había seguridad privada en la zona. La solución para su amiga Claudia habría sido no permitir hacer la cola hasta una o dos horas antes del comienzo de la venta. "Y alguien que controle quién llega antes y quién no", comentó. "Control cero", añadió.
Debido a esto, muchas personas se quejaban de que había quien había llegado a más de las diez de la mañana y se habían colado junto con amigos o conocidos que estaban de los primeros.
Lo que más temen estas amigas es que las entradas acaben en las reventas, ya que han escuchado rumores en la cola sobre que algunas personas van a aprovechar para revenderlas por más de 40 euros. Y precisamente, esto ha podido comprobarlo El Faro.
Un poco antes de las doce del mediodía, podíamos ver a los primeros afortunados en tener en su poder las entradas. El máximo que podían comprar eran seis por personas, aunque esto no ha impedido que muchas de estas entradas vayan para la reventa. Uno de estos jóvenes, que no ha querido identificarse, confesaba a El Faro que tenía pensado vender sus entradas siete veces más caras de lo que le habían costado, a pesar de llevar más de trece horas para poder conseguirlas.
Dentro de la Caseta Oficial de la Feria, los encargados de vender las entradas comentaron a este diario que de las 600 entradas que se iban a vender de forma física, en unos diez minutos, solo quedaban algo más de 200 entradas.
Faisa es melillense y estaba en la cola esta mañana. Él cree que el problema del orden ha sido debido a que las personas estaban esperando en círculos con sus mesas y sus sillas, y al levantarse, antes de que hubiera llegado la Policía Nacional, han aprovechado el tiempo que han tardado los que tenían delante el levantarse y ponerse delante de ellos. "Había una aglomeración de gente increible", comentó Faisa.
No solo eran jóvenes los que acudían a comprar las entradas, muchos padres, e incluso abuelos, hacían cola esta mañana para conseguir entradas para sus hijos o sus nietos. Es el caso de José Ángel. Este melillense ha llegado a la cola sobre las 10 de la mañana y al ver cómo estaba la zona, repleta de cientos y cientos de melillenses, no tenía mucha fe de poder hacerse con entradas para su hija y sus amigas.
No solo José Ángel ha hecho eso por su hija, Ana, otra melillense, también llegaba a la cola sobre las 10 de la mañana para comprar una entrada. "Por un hijo se hace cualquier cosa", reconoció.
No sabemos qué tiene este artista para volver locos a melillenses, y casi nadie de la cola ha sabido explicar qué tiene de especial. Para algunos, la locura está en que hay pocos eventos dirigidos a los jóvenes aunque otros creen "que tiene canciones que se sienten de verdad", dijo una melillense, Uyen.
El Maka, quién? Suena a pastor de ovejas. Pues ya los tienes en la cola, ovejas y borregos incluidos, padres e hijos.