La situación de los kiosqueros en Melilla está llegando a su fin tras los duros reveses que están sufriendo desde hace muchos años, y en especial tras la pandemia, ya que este sector fue uno de los más afectados, con una bajada del 50% en la facturación tras las el confinamiento, significando eso, vender la mitad de todo.
Además, en el caso de la ciudad autónoma existe una gran problemática con respecto a las licencias vigentes, hasta tal punto que tras tres reuniones entre la Administración y los kiosqueros de Melilla no se ha llegado a un acuerdo para la renovación de dichos permisos, lo que está provocando que la paciencia de este trabajadores llegue a su fin, añadido a su vez por las grandes prohibiciones y desigualdades que tienen con respecto a los kioscos de la Península.
Por ello, El Faro se ha trasladado hasta diferentes quioscos de la ciudad para saber de primera mano cuál es la situación actual de este gremio en Melilla, entre los cuáles se han entrevistado a Pedro, el dueño del kiosco 'Parque Infantil Ana'; a Mohamed, propietario desde el pasado mes de agosto del kiosco situado en la Plaza Meléndez Pelayo y a Alfonso, encargado del kiosco que se encuentra en las inmediaciones del Parque Hernández.
Licencia y subasta
Uno de los grandes debates que se ha generado en estas últimas semanas ha sido la duración de la licencia vigente de los kiosqueros y sobre todo, la subasta que se puede realizar de todos los kioscos, una vez se ha haya llegado al final del periodo de dicha licencia y no se haya llegado a un acuerdo de renovación con la Administración.
De esta forma Pedro, explica lo siguiente: "Con respecto a la licencia nadie nos comenta nada, que avisen con antelación y nosotros haremos el trámite correspondiente, pero no es así", ahora bien, nada más que llega el final de mes nos cobran a raja tabla, eso sí. De hecho yo soy el que más paga de todo el centro, con 150 euros únicamente por el suelo, añadido a todos los impuestos, así que imagínate".
Por su parte, Mohamed se mostró muy descontento por la actual normativa para su gremio. "Cada 15 años acaba la licencia y a mí nadie me ha informado qué tengo que hacer una vez finalice ese periodo. Se está demostrando cómo la la preocupación por parte del Gobierno local es nula y a día de hoy tenemos más gastos que ingresos, pero tenemos que igualar toda la inversión que hemos realizado en este local y la ayuda es mínima", hizo hincapié el joven.
Con respecto a la subasta que se está planteando desde la Administración, el dueño del kiosco Parque Infantil Ana se mostró completamente indignado y aclaró lo siguiente: "A mi de corazón, no me entra en la cabeza como pueden subastar mi kiosco sin permiso, es que es imposible, si esto es mío", denunció Pedro, que además señaló: "Aquí llevan compañeros de profesión más de 20 años con su negocio y al corriente de todo, entonces de qué subasta me están hablando por dios, si más no podemos hacer".
Venta permitida
Por otro lado, en la licencia actual, los kiosqueros tienen prohibida la venta de bastantes artículos y servicios con respecto a la Península, por ello, los trabajadores se han quejado bastante sobre este asunto y han explicado que les gustaría vender en su negocio.
"La licencia que tenemos desde hace años no nos deja vender prácticamente nada, todo se centra en chucherías, refrescos y poco más y así es imposible", explicó Pedro que además añadió que antiguamente sí tenía la maquina de tabaco, pero "en los kioscos no se puede vender tabaco, no sale rentable económicamente", apuntó.
Asimismo, este dueño también quiso destacar lo siguiente: "No nos deja cobrar ni con tarjeta, estamos completamente atrasados", pero aún así en su caso no pide mucho: "Tenemos que vender lo que se puede y lo que se debe en un kiosco, ni más ni menos".
Por su parte, Mohamed se mostró muy indignado con la poca venta permitida en los kioscos de Melilla, sobre todo por las condiciones y las trabas que ponen a la hora de vender tabaco. "Te obligan tener una licencia solamente para vender tabaco, con los impuestos convenientes y te hacen comprar una máquina homologada que cuesta en torno a 2.000 euros, es decir, completamente inviable para nosotros".
"Es obligatorio si no quieres tener problemas cuando venga una inspección porque no te dejan tener el tabaco suelto y eso te limite mucho"; aclaró el joven, al igual que ocurre con la recarga de teléfonos móviles. "Antes sí tenía la máquina para recargar los móviles, pero desde que lo prohibieron no me atrevo a hacerlo porque tengo que estar a escondidas como su fuera un delincuente".
Prensa nacional
Algo que también ha afectado bastante a todos los kiosqueros sigue siendo la falta de prensa nacional, ya que debido a los gastos que significa traer los periódicos desde la Península, en los kioscos de Melilla únicamente se vende prensa local.
"La situación con respecto a la prensa está fatal desde hace muchísimos años y solo podemos vender prensa de Melilla. Las ventas están cada vez peor, porque literalmente no se vende nada", dijo Pedro que además señaló a la parte de abajo del mostrador y aseguró lo siguiente: "Ves como está todo esto, está completamente vacío. Antes estaba lleno de prensa, de juguetes y de muchos productos pero es que ya no se vende nada, entonces de que nos sirve".
"Además hay que pagar un coste elevado antes de vender la prensa, nada más que te llega y así es más difícil todavía", contó Pedro.
En cambio, Alfonso aseguró que esto no ha sido un problema para él y dijo lo siguiente: "Es verdad que en mi caso creo que eso es algo que cada vez nos estaba afectando menos porque a la misma distribuidora le salía muy caro traer toda la prensa nacional hasta aquí en avión y además cada vez se estaban vendiendo menos periódicos porque cada vez se veía todo más digital, entonces no me ha afectado demasiado", explicó de forma detallada Alfonso.
Publicidad
Otro aspecto fundamental que no está permitido en los quioscos de Melilla según la licencia vigente es el soporte publicitario, algo que sin embargo es muy común en los kioscos de la Península, los cuáles colocan publicidad en los laterales del local.
"Los ingresos que estamos perdiendo todos los kioscos de Melilla por la imposibilidad de poner publicidad en nuestro local es muchísima, aquí estamos completamente atrasados también en ese sentido y es totalmente incomprensible".
"Me han venido muchas empresas, y seguro que ha ocurrido con más kioscos que llevan más tiempo que yo, para promocionar sus productos o colocar el cartel cuando se estrene una película, pero nada de nada", dijo Mohamed, que además añadió lo siguiente: "En mi opinión es una auténtica tontería que no nos dejen poner publicidad y es un fastidio para todos nosotros".
Al igual que opinaba Pedro con respecto a este tema: "El único cartel que tengo es el de Nestle, de los helados y ni siquiera se venden porque el ambiente que hay en el Parque Hernández es muy poco y si en el Carrefour o en Mercadona lo venden más barato pues no hay nada que hacer", confesó Paco, que además dijo lo siguiente: "La publicidad nos ayudaría muchísimo tanto a mí como a todos mis compañeros, pero es una norma absurda más que nos coarta y nos afecta desde hace años".
Situación límite
La situación de los kiosqueros está llegando a un momento muy crítico, hasta tal punto que los dueños de los negocios solo piensan en cubrir los gastos y dejar el kiosco a otra persona, como es el caso de Pedro.
"Yo estoy haciendo todo lo posible para irme de aquí y dejarle el negocio a otro familiar porque estoy muy quemado", confesó el hombre que además quiso explicar lo siguiente: "Me levanto y no tengo ni ganas de venir a trabajar sinceramente, pero es que no puedo hacer otra cosa, porque tengo que abrir el kiosco e intentar vender lo máximo posible porque todos los meses hay que pagar, no hay más vuelta de hoja".
Asimismo, quiso pedir ayuda para todos los kiosqueros de Melilla. "La gente no colabora nada con los kiosqueros, de hecho ni siquiera las asociaciones que se han creado no están ayudando y así no se puede seguir, a este ritmo no se hasta que punto llegaremos", recalcó Pedro.
Por su parte, Mohamed ve muy oscuro el futuro de los kioscos en Melilla tras la poca preocupación por parte del Gobierno local y lo tuvo muy claro. "La única solución que veo para todo esto es juntarnos y hacer presión contra la Administración porque estamos completamente explotados y lo que ganamos ahora mismo, solo es para sobrevivir y nada más. Nos limitan muchísimo. Es muy triste pero es así", concluyó.
Naaaa tranquilo primero subvencion para el taxi, ahora para los carrillos jajajajajaja...con un poco de suerte les cae algo a los aromi
Melilla esta en una situación económica límite que no se atiende como es debido. Con la frontera prácticamente cerrada el futuro de muchos trabajadores Melillenses se desvanece. La administración lamentablemente no es lo suficientemente sensible, probablemente la seguridad de una nómina fija te vuelve poco empatico a esta realidad hasta que estalle.