Los supuestos equipos de trabajo que tratan de desbloquear la reapertura de la aduana comercial de Melilla con Marruecos se centran actualmente en los "aspectos técnicos y administrativos" del proceso de exportación, según fuentes del Ministerio de Exteriores consultadas por la agencia EFE. En ese sentido, aseguran que el Gobierno de Sánchez está trabajando con los marroquíes "en la operatividad" de la primera fase del paso de sus aduanas en Ceuta y Melilla.
Sin embargo, el Ejecutivo socialista insiste en no dar detalle alguno sobre lo que está sucediendo en esas negociaciones ni tampoco aclara cuáles serían esas fases hasta la plena reapertura de la aduana. Lo cierto es que el Ministerio de Albares autorizó el paso de mercancía al vecino país el pasado miércoles y que comprobó y dio luz verde a la expedición, consistente en 1.400 kilos de electrodomésticos y menaje del hogar.
Si bien se alude a "falta de documentación" por parte del exportador español, lo cierto es que el dueño de la asesoría responsable de la tramitación ha dejado claro que la negativa se debe a que se les pretendía imponer una tasa por pasar por el puerto de Beni-Enzar que el empresario en cuestión se negó a pagar. De hecho, ya había abonado el arancel en la propia aduana terrestre por lo que no se aceptó una segunda imposición. "No era viable económicamente", explicó el asesor.
Por su parte, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha negado este jueves "trabas" en la reapertura de la aduana con Marruecos en Ceuta y Melilla. Ha apuntado a "cuestiones técnicas que deben concretarse" como el motivo por el que todavía no se haya abierto.
“Lo que dejo claro es que el grado de cooperación y colaboración hispano marroquí es manifiestamente importante, relevante y de la máxima lealtad y fiabilidad", ha respondido Marlaska a preguntas de la prensa.
El Gobierno de Marruecos tampoco ha dado respuesta alguna a lo sucedido en la aduana este pasado miércoles. Según publica el Diario de Córdoba, fuentes marroquíes insisten en que Rabat considera que las dos ciudades autónomas españolas "pertenecen" al reino alauita y que parte de la élite política "pide que sean liberadas", por lo que "ven con malos ojos la normalización que suponen las aduanas".