El Colegio de Logopedas de Andalucía desarrolla este fin de semana un curso sobre los nuevos métodos de lectoescritura fruto de las últimas investigaciones europeas.
Una de las consecuencias directas del fracaso escolar es que el niño o joven no sepa leer, comunicarse con soltura y escribir, por este motivo, las últimas investigaciones de los colectivos docentes se basan en garantizar las habilidades de lectoescritura para conseguir un resultado eficiente en los centros educativos. Esta es la motivación de los estudios que están realizando los dos conferenciantes que durante este fin de semana imparten un curso en el Palacio de Exposiciones y Congresos sobre las nuevas perspectivas de la teoría y práctica de la lectoescritura.
Esta jornada formativa ha sido organizada por el Colegio de Logopedas de Andalucía en colaboración con la delegación de esta institución en la ciudad y de las Consejería de Bienestar Social y Sanidad y Educación y Colectivos Sociales.
El director territorial del Ministerio de Educación, José Manuel Estrada, y el consejero de esta área de la Ciudad, Antonio Miranda, acudieron a la inauguración de este curso debido a la importancia que tiene para su posible aplicación, en un futuro cercano en Melilla, este nuevo método de lectoescritura propuesto por los conferenciantes, el logopeda y doctor en Pedagogía, Mariano Machuca, y el licenciado en Psicología y Pedagogía, Javier Lorite.
¿Necesario un nuevo método?
La investigación que están realizando los ponentes de este curso se centra en el análisis sobre el modelo actual de la práctica del desarrollo de la lectoescritura. Siguiendo las pautas marcadas por uno de los informes sobre Educación a nivel europeo, España está en el furgón de cola en cuanto al rendimiento de lectoescritura y a su vez Andalucía y Melilla en último lugar. Estos datos son los que permiten preguntarse si el modelo antiguo no debe dejarse a un lado y poner en marcha otro distinto, tal y como indicó Machuca.
El antiguo modelo carga las tintas en las corrientes sensoperceptivas que cree que las dificultades lectoescritoras se corrigen a través de desarrollar una serie de competencias como son las percepciones espaciales, la discriminación auditiva o visual. Este modelo es el que se impone en las aulas, en los libros de las editoriales y en los currículo de los colegios. Sin embargo, no casa con las nuevas investigaciones europeas que están teniendo éxito con otras formas de plantear este tipo de enseñanza.
Revolución educativa
“Hay que cambiar diferentes estructuras, como el currículo de los centros escolares, ya que se está demostrando que el inicio para la lectoescritura es primordial en edades tempranas comprendidas entre los tres y cinco años”, aseguró Machuca.
Las dificultades de los nuevos métodos están en que hay un desconocimiento por parte de los docentes de estas nuevas fórmulas, de la necesidad de cambiar las rutinas educativas como las metodologías, la evaluación, incluso el propio sistema, según destacó este experto.
Otras de las barreras que tiene que superar este nuevo modelo son la falta de material, ya que las editoriales no van a realizar nuevos programas si no hay una legislación que apoye este tipo de formación, y los políticos no van a cambiar las leyes y desde las facultades no se reclama un cambio, tal y como afirmó Lorite.
Propuesta
“El nuevo modelo se basa en crear una serie de competencias básicas para el desarrollo del aprendizaje”, indicó Machuca. Así, un sujeto que tiene un buen conocimiento del lenguaje, es decir, es bueno en competencia metalingüística, no tiene dificultades de lectura.
La propuesta que se explicó durente la jornada formativa de ayer fue la presentación de un programa abierto adecuado para todo tipo de edades donde los niños, a través del juego, se enriquecen en el uso del lenguaje.
Así, con sólo quince minutos al día, a través de los juegos individuales y en grupos, los niños se entusiasman con las experiencias y se trabaja con el lenguaje de una forma más consciente. Además, este tipo de herramientas son perfectas para profesores creativos, ya que les permite inventarse mil fórmulas, “si se le da importancia, se recogerá los frutos y sino luego habrá niños malos lectores con los que habrá que trabajar”, aseguró Lorite