El espionaje al teléfono móvil institucional del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, mediante el programa Pegasus, denunciado este 2 de mayo por el Gobierno de España, coincidió con el momento en el que debía decidir si indultaba a los líderes del "procès" y con la crisis con Marruecos que derivó en una avalancha de inmigrantes ilegales en Ceuta.
El terminal móvil de Sánchez, según ha informado el Ejecutivo, sufrió dos ataques en mayo de 2021, que se suman al que se cometió también en junio de ese año al de la ministra de Defensa, Margarita Robles.
Ha sido el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, quien en rueda de prensa en el Palacio de la Moncloa junto a la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, ha informado este lunes de ese ataque.
Bolaños ha evitado especular y hacer "conjeturas" sobre el origen o los motivos del espionaje y si guarda relación con el proceso independentista en Cataluña.
El momento de los ataques sí coincide con los prolegómenos de la decisión del Gobierno de indultar a los líderes del "procés".
Después de meses en los que se barajaba que se iban a conceder, fue el propio presidente del Gobierno quien hizo una serie de declaraciones que apuntaban a esa medida de gracia.
Entre ellas, la del 28 de mayo de 2021 en la que apuntaba que para decidir tendría en cuenta valores constitucionales como los de "la concordia, el diálogo y el entendimiento", pero no "la venganza ni la revancha".
Tres días después restó importancia al coste político que podría tener para su Ejecutivo el indulto y apostó por abrir "una nueva etapa" que dejara atrás "un mal pasado".
Fue en Barcelona, el 21 de junio, cuando anunció que un día después el Consejo de Ministros aprobaría los indultos, una medida que consideró necesaria y que justificó por su utilidad pública para la concordia.
Al acto en la capital catalana no asistió el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, quien había sido investido el 21 de mayo.
Unos días antes, el 17 y 18 de mayo, España vivía uno de sus momentos de mayor tensión con Marruecos cuando llegaron a las costas de Ceuta 6.000 migrantes de manera ilegal sin que las fuerzas de seguridad marroquí lo impidieran.
Fue la respuesta de Marruecos al ingreso en un hospital español y bajo identidad falsa del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali.
Esa crisis se ha dado por cerrada con el viaje en abril de Sánchez a Marruecos, durante el que se entrevistó con el rey marroquí, Mohamed VI.
¿Pero a alguien le queda alguna duda que que fue Marruecos con su asquerosa NarcoDictadura mafiosa y feudal la que instigó este espionaje a los móviles de Sánchez y de Margarita Robles? El NarcoRégimen alauí -ENEMIGO Nº 1 de España- ya hizo lo mismo con los móviles de Merkel, de Macron, de Tebboune y también del periodista Ignacio Cembrero. ¿Qué habría en el móvil de Sánchez que se ha mostrado meses después complaciente ante el Mohamed Kahbún VI a cambio de nada y sin el apoyo del Parlamento, de sus socios de Gobierno, de la oposición y del sentimiento mayoritario del pueblo español? Es tiempo de dar marcha atrás, restablecer las tradicionales buenas relaciones con Argelia, volver a nuestra tradicional postura de neutralidad en el tema del Sáhara Occidental y de negociar de tú a tú y sin chantajes con Marruecos. Si la frontera tiene que permanecer un tiempo más cerrada, que se quede cerrada. Y si tiene que estar 50 años más cerrada, sin problema. Los nadorenses que viven en Melilla, si tanto echan de menos su tierra, que se vayan gustosamente a vivir al paraíso marroquí y que nos dejen tranquilos a los melillenses de siempre y con raíces en la ciudad, a los que nada se nos ha perdido en Marruecos.