Solamente el área de cocina ha experimentado un refuerzo de personal en los últimos meses.
El Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) continúa saturado pese los constantes traslados a la península. Según los datos de la Delegación del Gobierno, en estas instalaciones hay actualmente más de 1.750 personas, de las cuales el 80%, aproximadamente, es de origen sirio. La sobreocupación del CETI parece fruto de la constante entrada de inmigrantes de esta nacionalidad a través de la oficina de asilo del puesto fronterizo de Beni Enzar, según informaron a El Faro fuentes del centro.
Las mismas indicaron que a lo largo del pasado mes de enero salieron del CETI rumbo a la península unos 300 inmigrantes, entre los que había tanto sirios como subsaharianos. Pese a la ingente cantidad de traslados, ha sido imposible rebajar la cifra de residentes en estas instalaciones, principalmente porque la llegada de sirios se produce prácticamente a diario, según explicaron las fuentes de este periódico.
Se ha llegado a dar el caso de que en un sólo día entraron en el CETI 40 personas de esta nacionalidad. No obstante, la tónica habitual es que lleguen grupos pequeños, de entre cinco y diez, cada día.
En lo tocante a los traslados a la península, las fuentes del centro señalaron que la inmensa mayoría de los inmigrantes tuvo como destino asociaciones de acogida y no los Centros de Internamiento para Extranjeros (CIEs). Ello se debe, en gran medida, a que muchos de los que salieron de Melilla lo hicieron en compañía de sus familiares.
De hecho, en el CETI hay actualmente alrededor de 400 menores de edad que viven en estas instalaciones junto a sus familias. Hay que recordar que si no tuvieran acompañamiento, pasarían a estar bajo la tutela de la Ciudad Autónoma e ingresarían en La Purísima, no el CETI.
La opinión general de los trabajadores es que las instalaciones no están preparadas, ni de lejos, para dar cobijo a un número tan alto de niños. En este sentido, recalcaron que no hay zonas preparadas para que las familias puedan vivir en intimidad y se dan casos de menores de corta edad durmiendo en los dormitorios generales junto a sus padres y al resto de inmigrantes con cama en ese módulo.
En la misma línea, las fuentes del CETI consideraron necesario adaptar el centro a las nuevas necesidades, apuntando a que el perfil de los inmigrantes que residen en el mismo ha cambiado drásticamente en los últimos meses, principalmente a causa del notable aumento de sirios con familia.
Entrada por Beni Enzar
Este incremento se ha visto propiciado por la oficina de asilo de Beni Enzar, por donde entran en Melilla los inmigrantes de esta nacionalidad tras solicitar protección internacional.
En este sentido, hay que recordar que los subsaharianos son repelidos en el lado marroquí de la frontera, por lo que no pueden acceder a la oficina de asilo, situada en la parte española.
Los profesionales del CETI creen que este cambio de política ha provocado “un efecto llamada” dirigido a los sirios y aseguraron que en Marruecos hay “cientos” de personas de esta nacionalidad con intención de entrar en Melilla pidiendo asilo en la nueva oficina.
Refuerzo en cocina
Pese a la saturación que hay en el CETI, el único departamento que ha experimentado un incremento de personal es el del comedor, que actualmente cuenta con ocho trabajadores más. Así, la plantilla del servicio está compuesta por unos 33 empleados, según fuentes del centro. Otras áreas, como las de seguridad o administración, no han recibido nuevos trabajadores.
En este sentido, desde el CETI explicaron que el servicio del comedor es bastante “delicado”, habida cuenta de que es uno de los más demandados por los inmigrantes. Asimismo, indicaron que a diario acude al comedor el 85% de los residentes en el centro, mientras que el resto almuerza en los pequeños asentamientos repartidos por los alrededores, en los que cocinan de manera rudimentaria. “Si vinieran todos los inmigrantes a comer, no daríamos abasto”, subrayaron.
Además, señalaron que la plantilla del comedor se ha reforzado para poder atender a los residentes del CETI dentro de los horarios establecidos y con un mínimo de calidad, habida cuenta de que cuando ha habido problemas con este servicio, los inmigrantes han expresado su malestar y en ocasiones se han producido hasta peleas.